En medio del cierre vertiginoso de alianzas de cara a las elecciones provinciales del 31 de agosto, La Libertad Avanza (LLA) confirmó que no se plegará a ningún frente local y encabezará su propia coalición en Corrientes. Lo hizo con un comunicado cargado de acusaciones y épica libertaria, en el que denunció “una descomunal cantidad de operaciones mediáticas” con el supuesto objetivo de bajarlos de la contienda.
“Nos complace confirmar que La Libertad Avanza competirá en Corrientes”, reza el texto difundido el domingo, marcando el tono de una campaña que ya asoma con aires de confrontación. No se mencionaron nombres, pero sí se dejó entrever que el oficialismo provincial y parte de la oposición habrían intentado “confundir y socavar la esperanza de los correntinos”.
Lejos de buscar consensos amplios —como sí hacen otras fuerzas en la antesala del cierre de frentes—, el espacio que lidera Javier Milei apuesta a consolidar su identidad sin medias tintas. “Nuestras ideas y valores no se negocian”, enfatiza el comunicado. La puerta quedó abierta, sin embargo, a sumar aliados menores que se plieguen “al proyecto nacional” sin cuestionar su línea dura.
En una provincia donde la política se juega con lógica propia —marcada por liderazgos fuertes, estructuras territoriales consolidadas y una fragmentación opositora crónica—, la apuesta de LLA parece más simbólica que estructural. Pero eso no le resta importancia: se trata de la primera elección a gobernador del país después del terremoto electoral de 2023, y será una prueba clave para medir el músculo real del oficialismo nacional en las urnas.

¿Libertad o aislamiento?
La jugada de ir solos tiene su lógica ideológica, pero también puede leerse como una muestra de aislamiento político. Las alianzas que no fueron —con sectores del peronismo no K, con radicales díscolos o con sellos vecinalistas— revelan una interna que todavía no se ordena del todo, incluso dentro del propio universo libertario correntino.
Por ahora, el mensaje apunta a sostener la narrativa: el enemigo está afuera, y la libertad no se negocia. El problema, quizás, es que para ganar elecciones en Corrientes se necesita más que discurso. Se necesitan votos, estructura y, sobre todo, nombres que encarnen el proyecto.