Los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Trabajo, Claudio Moroni; y de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, anunciaron medidas destinadas a mejorar el sueldo frente a la inflación, entre los que se incluye unos bonos para trabajadores informales, monotributistas y jubilados.
El eje de las medidas pasaría por el tema haberes, en especial de los trabajadores que no están regidos por convenciones colectivas, entre otras cuestiones. Uno de ellos es la entrega de bonos a monotributistas, trabajadores informales y jubilados.
Nuevos bonos del Gobierno: quiénes los cobran
Según detalló el Gobierno, los bonos están destinados a:
Trabajadores informales. Se pagarán en dos cuotas mensuales de 9.000 pesos cada una, en mayo y junio. De esta forma, se totalizará una ayuda equivalente a $18.000. Alcanza a trabajadores de entre 18 y 65 años sin ingresos formales.
Monotributistas (categorías A y B). También recibirán dos pagos de $9.000 en mayo y junio.
Trabajadoras de casas particulares. Recibirán $18.000 en dos cuotas de $9.000 cada una (registradas o no registradas).
Los jubilados y pensionados recibirán un pago de 12.000 pesos, los que se suman a los $6.000 que ya cobraron. Este bono es para quienes perciben hasta 2 jubilaciones mínimas. Aquí también, el total de la ayuda provista por el Gobierno será de $18.000.
Sueldos: ¿qué pasa con los trabajadores formales?
“Hay una urgencia en los sectores más postergados de la sociedad”, explicó el presidente Alberto Fernández al comentar el lanzamiento de los nuevos bonos de asistencia. Y afirmó que el Gobierno nacional busca “garantizar que el impacto de la inflación no recaiga en el bolsillo de los argentinos y fundamentalmente en los sectores más vulnerables”.
A la vez, señaló que el Gobierno tampoco se olvida de los trabajadores formales, quienes -según planteó- mejorarán sus ingresos gracias al adelantamiento de las negociaciones paritarias. “Los trabajadores formales, entre la UIA y la CGT están trabajando. Vamos a tener más definiciones en muchas paritarias”, aseveró.
“Los salarios no logran alcanzar a la inflación. Y estamos trabajando en eso”, había anticipado el mandatario más temprano.
Impuesto a la “renta inesperada”
Por otra parte, Guzmán anunció que el Gobierno enviara en las próximas semanas un proyecto de ley al Congreso para gravar la “renta inesperada producto de la guerra”, que plantea una alícuota sobre el componente de esa utilidad que se enfoca en un conjunto de empresas con ganancias netas imponibles altas superiores a los 1.000 millones de pesos, que en 2021 fue de solo el 3,2% de las empresas.
Los criterios para la imposición de la alícuota incluyen que la ganancia neta imponible real tiene que haber crecido en forma significativa en 2022 respecto a 2021 y, además, se incluirá un parámetro para que si la renta inesperada se canaliza hacia la reinversión productiva, la alícuota será menor, señaló el ministro durante el anuncio junto al presidente Alberto Fernández en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
Aumentos salariales que no alcanzan
Con una inflación que lejos de frenarse empieza a acelerarse de un modo preocupante, los trabajadores se ponen firmes para pedir aumentos de sueldo más segmentados a lo largo del año. La idea es poder acompañar más de cerca los aumentos de precios, porque no hay suba de sueldos que esté logrando empatar al incremento de costos. Hasta acá, las previsiones hablan de un 50% promedio de recomposición salarial. Pero esto no alcanza y se reabren paritarias para evaluar la situación.
Sin embargo, hay que destacar que la dinámica de los precios y los sueldos escala posiciones todos los días. Según la reciente Encuesta Spot de Mercer, entre diciembre y fines de febrero los incrementos salariales crecieron 4,85 puntos.
Al finalizar 2021, se esperaba que la inflación no llegase al 50%, y por eso resultaba, dentro de todo, razonable plantear aumentos de ingresos que rondaran el 45%. Pero, tres meses después, ese número ya quedó corto, complicando la gestión de las empresas, pero también el día a día de los trabajadores.
Según Mercer, el incremento salarial proyectado por las empresas para su personal fuera de convenio es del 49,85%, con una inflación estimada del 53,30% según fuentes privadas.
De acuerdo a estas proyecciones, los salarios estarían perdiendo nuevamente frente a la inflación, tal como sucedió en los últimos años, excepto en 2020 en el que los incrementos resultaron ganadores.
“El aumento en las previsiones de incrementos salariales responde directamente a las previsiones de inflación que se están incrementando también. Las compañías vislumbran que 2022 va a ser un año con mayor inflación aún y que si no se mueven rápidamente va a ser muy difícil evitar el desgaste del valor adquisitivo de los salarios”, explicó Mercedes Bernardi, gerente Sr de Desarrollo de clientes e industrias de Mercer.
Con tanta incertidumbre y los precios subiendo prácticamente a diario, no es de extrañar que el 70% de los argentinos esté disconforme con su sueldo. Este dato, que surge de una encuesta realizada por Bumeran, se complementa al saber que el 24% de los colaboradores está en búsqueda de una nueva oportunidad laboral para mejorar su economía.
Fuente: iprofesional.com