Por Corrientes al Día
México volvió a ser escenario de una noche de furia tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, quien fue ultimado a balazos el sábado por la noche luego de participar en un acto público. La indignación social derivó en una masiva protesta en Morelia, capital del estado de Michoacán, que terminó con serios destrozos en el Palacio de Gobierno y fuertes cuestionamientos a las autoridades estatales y federales.
La manifestación, convocada bajo el lema “¡Ya basta de abusos y omisiones!”, comenzó de forma pacífica, pero pronto escaló en tensión. Cientos de manifestantes marcharon desde el Acueducto hasta el Centro Histórico al grito de “¡El gobierno lo mató!”, “¡Fuera Bedolla!” y “¡Fuera Morena!”, en alusión al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y al partido oficialista.
Según medios locales, un grupo de manifestantes irrumpió violentamente en el Palacio de Gobierno estatal, donde rompieron mobiliario, lanzaron objetos y prendieron fuego en algunos sectores del edificio. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran el caos dentro del histórico inmueble, que quedó cubierto de humo y destrozos.
Las fuerzas de seguridad recuperaron el control del edificio pasadas las 18 horas, y no se registraron heridos ni detenidos durante los disturbios.
El asesinato de Carlos Manzo Rodríguez
Mientras en Morelia se producían los disturbios, en Uruapan se realizaba una misa en honor al alcalde asesinado, quien fue atacado a tiros el sábado por la noche. Según las primeras versiones, uno de los presuntos agresores fue abatido y dos personas fueron detenidas por su participación en el crimen.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aseguró que Manzo contaba con protección federal y municipal desde 2024, reforzada a inicios de este año. Sin embargo, la familia del edil denunció que nunca recibió la custodia prometida, a pesar de sus reiteradas advertencias por amenazas recibidas.

La presidente Claudia Sheinbaum condenó “con absoluta firmeza” el asesinato y prometió que no habrá impunidad, mientras la Secretaría de Seguridad investiga la participación de grupos criminales.
Michoacán es una de las regiones más conflictivas del país, donde operan el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Caballeros Templarios, Los Viagras, Pueblos Unidos y Los Blancos de Troya. En ese contexto, el propio Manzo había solicitado el 8 de octubre al gobierno federal no retirar a la Guardia Nacional del municipio, advirtiendo que su salida pondría en riesgo la seguridad de la población.

El crimen del alcalde y la posterior protesta reflejan una crisis de seguridad y gobernabilidad en Michoacán, donde los ciudadanos exigen respuestas concretas ante la creciente influencia del narcotráfico y la falta de protección a las autoridades locales.
“La gente está cansada de la impunidad y el miedo”, señalaron desde organizaciones civiles que acompañaron la marcha. Mientras tanto, el Palacio de Gobierno de Morelia, símbolo del poder estatal, quedó convertido en el epicentro del reclamo de un pueblo que exige justicia por su “Campeón de Uruapan”, como lo llamaban los vecinos.
Con información de EFE























