Un conflicto vinculado al trato hacia una perra llamada Cleopatra fue resuelto en el Centro Judicial de Mediación de Goya, en un caso que se convirtió en ejemplo de cómo el diálogo puede ser más efectivo que un proceso judicial para prevenir y reparar daños, incluso cuando se trata del bienestar animal.
El caso, derivado por la Fiscalía Rural y Ambiental, fue abordado bajo el marco del Acuerdo N.º 25/2021 del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes. A través de la mediación penal, se logró un acuerdo que evitó la judicialización y sentó un precedente sobre la consideración de los animales como seres sintientes.
Durante el proceso, la persona denunciada reconoció a Cleopatra como un ser sensible, y se comprometió a evitar cualquier forma de maltrato, no solo hacia ella sino también hacia cualquier otro animal. Como parte del acuerdo, deberá realizar una reparación simbólica equivalente al costo de tres castraciones caninas, a ser canalizadas mediante una organización proteccionista local, que supervisará su aplicación.
Por su parte, el denunciante asumió el compromiso de mantener a la perra bajo su custodia responsable y dentro del domicilio, para prevenir futuros incidentes.
Ambas partes también acordaron, en caso de futuros desacuerdos, buscar vías pacíficas de resolución sin recurrir nuevamente a la justicia.
Justicia restaurativa y compromiso social
Este caso demuestra el valor de la mediación penal como una herramienta eficaz, rápida y humana para resolver conflictos, en especial aquellos que involucran aspectos sensibles como el trato a los animales. Lejos de buscar culpables o imponer castigos, la mediación priorizó la reparación del daño, la prevención de nuevos conflictos y el fortalecimiento de la convivencia.
Desde el Poder Judicial de Corrientes destacaron que este acuerdo fue alcanzado sin coacción, en un marco de respeto mutuo y buena fe, y fue debidamente homologado según la normativa vigente.
Un mensaje claro: los animales importan
Además de evitar un proceso judicial, el acuerdo marca un avance en la construcción de una mirada más empática hacia los animales. Reconocerlos como seres que sienten es un paso fundamental en la erradicación del maltrato y en la promoción de la tenencia responsable.
Desde el Centro Judicial de Mediación de Goya subrayaron que, con voluntad, escucha y acompañamiento profesional, es posible transformar conflictos en oportunidades de entendimiento.
Este caso no solo aporta una solución pacífica, sino que también abre el camino para una justicia más preventiva, restaurativa y alineada con los valores de respeto y empatía que la sociedad actual reclama.