Los casos de dengue siguen aumentando en Argentina. Gerardo Laube, médico
infectólogo y profesor titular de Infectología, Medicina del Viajero, Microbiología, y
otras materias de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló da sus
recomendaciones sobre cómo actuar en caso de contagio.
Actualmente, Argentina se encuentra bajo un brote epidémico en curso, con una curva en aumento que avanza a paso firme.
Con cifra récord y contagios en aumento, el Ministerio de Salud de la Nación informó que se registraron 28.235 casos y, al menos, 32 muertes. El 90% de los infectados son por circulación autóctona. Las jurisdicciones con más víctimas fatales son Salta y Tucumán.
Es por eso que, con el objetivo de prevenir esta enfermedad, el doctor Gerardo Laube, médico infectólogo y profesor titular de Infectología, Medicina del Viajero, Microbiología, y otras materias de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló, recomienda prestar especial atención a los síntomas que presentan las diferentes enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti.
“Fiebre, dolor detrás de los ojos, dolor de cabeza, dolores en las articulaciones y los músculos, son los principales síntomas”, señaló el doctor Laube y luego remarcó: “En ningún caso es conveniente la automedicación (salvo el eventual uso de algún antifebril como el paracetamol). Lo aconsejable es la consulta médica”.
“Será el profesional médico el encargado de evaluar al paciente y también de su control, ya que en algunos casos pueden surgir algunas complicaciones, las que habitualmente suelen aparecer a los 2-3 días de comenzado el cuadro febril. Este control es particularmente necesario en aquellos enfermos que presentan comorbilidades, es decir, enfermedades crónicas, ya que en ellos el riesgo de alguna complicación se ve aumentado”, expresó Laube, especialista en infectología y profesor en la Fundación Barceló.
Chikungunyia, Dengue, Zika y Fiebre Amarilla son enfermedades virales que mosquitos
como Aedes aegypti tiene la capacidad de transmitir. El mosquito transmisor, es decir, que porta el virus, se conoce como vector y es quien produce los contagios a través de las picaduras. Estos mosquitos viven y se reproducen en ambientes domiciliarios urbanos variados. Son insectos que requieren temperaturas mínimas no menores a los 4º C para que tanto su supervivencia como su reproducción estén garantizadas. Por eso, los principales focos se ubican en el centro y norte de nuestro país.
El mayor brote epidémico de Dengue que registra Argentina ocurrió entre agosto de 2019 y agosto de 2020, período que arrojó un saldo de 59.410 casos distribuidos en 17 provincias argentinas y dejó 26 fallecidos.
Si bien es cierto que el primer episodio no suele evolucionar con complicaciones, debido al hecho de que el virus presenta cuatro serotipos diferentes, un segundo o tercer episodio puede ser de evolución más severa que el primero. Esto enfatiza la necesidad de un adecuado control y monitoreo de pacientes que particularmente padecieron la enfermedad con anterioridad.
Pese a que la evolución de la enfermedad es, en general, amigable y no deja secuelas, se debe prestar especial atención a los casos más graves y hacer sobre ellos un seguimiento y monitoreo más estrecho. Situaciones así, podrían requerir de una eventual internación para un control más exhaustivo del paciente y un potencial tratamiento de las complicaciones que puedan presentarse.
Para combatir la propagación del Dengue, se destaca la necesidad de implementar una vigilancia integrada en donde tanto el Estado como la comunidad deben actuar con responsabilidad ante la problemática, fortaleciendo los mecanismos de prevención y control frente a la potencial reproducción de vectores y, con ello, de aumento de casos.
Resulta fundamental vaciar y limpiar recipientes que acumulan agua y reservorios de lluvia particularmente en los domicilios, ya que el rango de vuelo del mosquito no es muy amplio y, por ende, se mantiene en los ambientes peridomiciliarios para vivir, alimentarse y reproducirse.