Recientemente publicado en la destacada revista Scientific Reports, del grupo Nature, fue bautizado con el nombre de Orretherium tzen. Participa del equipo de científicos de Argentina, Brasil y Chile, Jonatan Kaluza, técnico del Conicet y Fundación Azara.
El hallazgo de restos de mamíferos en rocas de la Era Mesozoica, también conocida como la “Era de los Dinosaurios”, no es una tarea fácil debido a su pequeño tamaño, menores a una zarigüeya , y por lo tanto sus restos desperdigados pasan desapercibidos en los grandes afloramientos rocosos.
Los restos óseos de mamíferos de esta edad geológica fueron encontrados a inicio de la década de 1980 en la Patagonia Argentina. En Chile recién en 2020 fueron descubiertos los primeros restos de mamíferos en rocas Cretácicas, algo que incentivó los trabajos de campo focalizados en fósiles de pequeño tamaño.
Como resultado de estos trabajos de exploración uno de los hallazgos fue recientemente publicado en la destacada revista Scientific Reports, del grupo Nature, bautizado con el nombre de Orretherium tzen. Estos restos consisten en una mandíbula con 5 dientes y un diente molar del maxilar, de pequeño tamaño, descubiertos en rocas de la Formación Dorotea (Cuenca Magallanes), con una antigüedad aproximada de entre 74 a 72 millones de años (Cretácico Superior, el último periodo de la Era Mesozoica), obtenida a partir de dataciones radiométricas realizadas en el área.
El origen del nombre tiene dos raíces: Orre significa “dientes” en Aonikenk, y therium significa “bestia” en griego, una terminación frecuentemente usada en géneros de mamíferos. Por otro lado, la especie tzen significa “cinco” en Aonikenk, en referencia a tener preservados 5 dientes consecutivos en la mandíbula.
El descubrimiento de Orretherium es de suma importancia porque la mandíbula preservada, de menos de 3 cm largo, posee los cinco dientes en posición, permitiendo conocer la variación de la morfología dental en esta especie, y por lo tanto ser una herramienta para ayudar a clasificar dientes que se encuentra aislados, con una posición en la mandíbula o maxilar a veces tentativa.
Orretherium posee una dentición más simple que la de los marsupiales y placentarios, y se lo clasifica como un mamíferos meridioléstido de la familia Mesungulatidae. Está próximamente emparentado con Mesungulatum y Coloniatherium, géneros encontrados en rocas del Cretácico Superior (de unos 70 millones de años de antigüedad) de las provincias argentinas de Río Negro y Chubut, respectivamente, y Peligrotherium del Paleoceno (unos 60 millones de años de antigüedad) de Chubut. Si bien Peligrotherium es una de las formas mejor conocida de los mesungulatidos (se conocen varias mandíbulas y al menos un cráneo casi completo), hasta el momento las especies del Cretácico están representadas por dientes aislados y/o mandíbulas que durante el proceso de fosilización perdieron la mayoría de sus dientes.
La investigación fue realizada por el Dr. Agustín G. Martinelli del Conicet-Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, el Mg. Sergio Soto-Acuña y el Dr. Alexander Vargas de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, el técnico del Conicet Jonatan Kaluza de la Fundación Félix de Azara, los Drs. Francisco Goin y Marcelo Reguero del Museo de La Plata, el Dr. Enrique Bostelman de la Universidad Austral de Chile, el Mg. Pedro Fonseca de la Universidad de Federal do Rio Grande do Sul y el Dr. Marcelo Leppe del Instituto Antártico Chileno. Los trabajos de campo en la Estancia Cerro Guido, en el Valle del Río de Las Chinas, Región de Magallanes, lugar en donde fue hallada la nueva especie, llevan más de 10 años ininterrumpidos, siendo liderados por los paleontólogos Dr. Marcelo Leppe y Dr. Alexander Vargas.
Durante fines de la Era Mesozoica los ecosistemas terrestres eran notoriamente diferentes a los actuales y los fósiles que se encuentran en rocas Cretácicas de la región de Magallanes están develando una historia fascinante justo en el momento anterior a la gran extinción de los grandes dinosaurios y otros reptiles (como por ejemplos los pterosaurios y mosasaurios).
Jonatan Kaluza, Técnico del Conicet con lugar de trabajo en la Fundación Azara-Universidad Maimónides, resaltó: “Los fósiles de animales pequeños nos ayudan a entender y construir una fracción de la biota, aportando importantes conocimientos sobre la ecología y distribución de las especies. Si bien la búsqueda de fósiles es realizada a través de una simple prospección superficial de los sedimentos expuestos, hallar y rescatar fósiles de pequeños animales comprende una estrategia muy distinta a las utilizadas en animales de mayor tamaño.” “Además, la preservación de los fósiles varía enormemente y en consecuencia, se debe tener un ojo crítico a la hora de seleccionar la técnica apropiada para la extracción-preparación de los ejemplares en cuestión, que incluye especímenes de unos pocos centímetros. Es por esto, que resulta esencial reconocer las ventajas y limitaciones de las técnicas disponibles antes de emprender una expedición paleontológica en busca de este tipo de fósiles. Este conocimiento adquirido a través de la experiencia en otros yacimientos fosilíferos nos permitió armar un rompecabezas de hace 72 millones de años.”
El paleontólogo Dr. Agustín G. Martinelli destaca que “contar con un material tan bien preservado de un mamífero del Periodo Cretácico es un privilegio y es fundamental para conocer mejor no solo a esta nueva especia mesozoica sino también extrapolar su información para otros mamíferos encontrados en Argentina y el resto de Gondwana.” “A pesar de que los mesungulátidos fueron un grupo muy diversificado para el final de la Era Mesozoica aun necesitamos indagar más sobre sus relaciones de parentesco, su morfología y su rol paleoecológico dentro de los ecosistemas del Cretácico, que han sido extremadamente variados en su composición faunística y florística.” “Los fósiles encontrados en Chile son sumamente importantes para entender el rompecabezas de la historia evolutivas de los mamíferos durante la Era de los dinosaurios.”
El paleontólogo Dr. Agustín G. Martinelli destaca que “contar con un material tan bien preservado de un mamífero del Periodo Cretácico es un privilegio y es fundamental para conocer mejor no solo a esta nueva especia mesozoica sino también extrapolar su información para otros mamíferos encontrados en Argentina y el resto de Gondwana.” “A pesar de que los mesungulátidos fueron un grupo muy diversificado para el final de la Era Mesozoica aun necesitamos indagar más sobre sus relaciones de parentesco, su morfología y su rol paleoecológico dentro de los ecosistemas del Cretácico, que han sido extremadamente variados en su composición faunística y florística.” “Los fósiles encontrados en Chile son sumamente importantes para entender el rompecabezas de la historia evolutivas de los mamíferos durante la Era de los dinosaurios.”
El paleontólogo Sergio Soto-Acuña destaca “el hallazgo de Orretherium tzen, junto a Magallanodon baikashkenke nos revela la existencia de una diversidad de linajes de mamíferos en el Mesozoico de Magallanes, de la cual probablemente estamos recién rasguñando la superficie”. “El estudio de los mamíferos del Valle de Las Chinas será fundamental para responder importantes interrogantes evolutivas y biogeográficas que aún persisten en la comunidad paleontológica y nos permitirá comprender mejor la evolución de estos antiguos ecosistemas que ya no existen en la actualidad”.
El paleontólogo Dr. Alexander Vargas, uno de los coordinadores del proyecto, comenta: La evolución de los mamíferos durante la Era de los dinosaurios es aún muy desconocida, y cada descubrimiento de una especie nueva es un avance que llama la atención a nivel mundial. La nueva especie chilena Orretherium tzen es de especial importancia para discutir el origen evolutivo de una importante familia de mamíferos, los mesungulátidos, y la excelente preservación de los fósiles, sumado al descubrimiento previo de Magallanodon, ubica la región de Magallanes como nuevo foco de atención mundial para futuros avances en evolución de los mamíferos.
Los mamíferos tienen una compleja historia evolutiva y una gran diversidad de especies, que después de la extinción de los grandes reptiles del Mesozoico, que conquistaron los océanos (como las ballenas), los polos (como focas y osos), el aire (como los murciélagos), y los más variados ambientes tales, como zonas boscosas, estepas, desiertos, montañas de gran altura, ríos y lagunas, entre otros.
En la actualidad existen tres grandes grupos de mamíferos: los monotremas, que incluyen mamíferos que se reproducen por huevos, como el ornitorrinco y el equidna. Los marsupiales, que incluye mamíferos con bolsa marsupial, como los canguros y koalas, y en Chile la yaca y el monito del monte. Y los placentarios, grupo que incluye a la vasta mayoría de los mamíferos vivientes, incluyendo al ser humano.
Si bien los primeros mamíferos aparecieron durante la primera mitad del Mesozoico, hace unos 180 millones de años, aun conocemos muy poco sobre la historia de este grupo durante esta Era.
En Chile, la historia del descubrimiento de mamíferos de la Era Mesozoica es aún más reciente. Durante el 2020, en plena pandemia, se dio a conocer el primer mamífero del Mesozoico Chileno, denominado Magallanodon baikashkenke. A partir de tres dientes molares y un diente incisivo, encontrados en el extremo sur de este país fue posible reconocer la presencia del grupo de los gondwanaterios, los que fueron mamíferos de aspecto similar a un coipo, con dientes adaptados para comer vegetales duros.
Este trabajo fue financiado por el Proyecto Anillo ACT-172099 (PIAANID Chile) y el Proyecto FONDECYT N° 1151389 (Chile) “Paleogeographic patterns v/s climate change in South America and the Antarctic Peninsula during the latest Cretaceous: ¿A possible explanation for the origin of the Austral biota?”.
IMÁGENES:
Reconstrucción en vida de Orretherium tzen realizada por Pedro H. Fonseca.
Reconstrucción en vida de Orretherium tzen realizada por Marcelo Miñana.
Modelo en vida dispuesto en el diorama que representa el ambiente en el que vivió, muestra un momento en la vida del mamífero, alimentándose e interactuando con el medio. Fotos Marcelo Miñana.
Separación de fósiles en laboratorio. Foto Jonatan Kaluza.
Vista aérea del yacimiento. Foto, Felipe Trueba.
El técnico Jonatan Kaluza colectando material fósil en la excavación. Foto Jhonatan Alarcón Muñoz.