Una tesis doctoral del arquitecto Victor Hugo Cabrera expone la brecha entre la teoría urbanística y la polarización real en la ciudad de Corrientes. Utiliza tecnología GIS para mapear la fragmentación espacial y el acceso desigual a servicios por parte de la población, revelando patrones de crecimiento urbano que muestran lo variable de la planificación con sus múltiples demandas.
Los avances de una investigación dados a conocer recientemente, permiten comprender la compleja dinámica de la construcción urbana y las desigualdades que persisten en las ciudades. El estudio, que forma parte de la tesis doctoral del arquitecto Victor Hugo Cabrera, se centra en la ciudad de Corrientes y revela un escenario con fragmentación y división social del espacio, donde los diferentes grupos poblacionales se encuentran localizados en áreas específicas, con acceso desigual a servicios y oportunidades.
El arquitecto Cabrera, es docente adscripto en la Cátedra de Estructuras 3 y desarrolla su beca doctoral en el Instituto de Investigaciones Tecnológicas para el Diseño del Hábitat Urbano (ITDAHU) que pertenece a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE.
La conclusión principal a la que llegó Cabrera es la siguiente: “La desigualdad urbana está sostenida en estructuras persistentes que se reproducen en larga duración. Pero no son inalterables, sino que se construyen y se transforman como resultado de procesos en los que interviene la acción humana”.
Para llegar a estas conclusiones, el arquitecto Cabrera empleó una metodología mixta, combinando enfoques cualitativos y cuantitativos. Por un lado, realizó un análisis cualitativo de los procesos urbanos, examinando fotografías de diferentes tipologías habitacionales y estudiando cómo estos edificios interactúan con el entorno urbano. Este enfoque le permitió comprender las características visuales y arquitectónicas de los diferentes barrios y cómo estas se relacionan con la desigualdad urbana, expresada en el espacio.
Por otro lado, el estudio incorporó técnicas cuantitativas para analizar la distribución espacial de diversos atributos urbanísticos. Utilizando Sistemas de Información Geográfica (SIG), específicamente el software QGis, Cabrera pudo crear y analizar mapas digitales detallados del ejido urbano de Corrientes. Esta herramienta le sirvió para procesar imágenes satelitales obtenidas del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), así como datos proporcionados por la municipalidad de Corrientes.
La combinación de estos métodos le brindó una visión integral de la ciudad, identificar patrones de crecimiento urbano, reconocer grados de fragmentación espacial y áreas con diferentes niveles de acceso a servicios urbanos, que son importantes para el bienestar y la calidad de vida.
El estudio se enfocó en zonas residenciales contiguas al centro y la Costa Norte de la ciudad de Corrientes, buscando entender cómo se ha conformado el espacio urbano en dicha área. Cabrera logró obtener nuevos conocimientos sobre la evolución de los territorios residenciales a escala de sector urbano, explorando su relación con el medio físico. Este análisis permitió identificar parámetros o patrones comunes con otras ciudades que indican procesos de fragmentación espacial en el crecimiento de la ciudad.
La fragmentación espacial es una “expresión física” de la segregación residencial, donde grupos sociales (homogéneos) quedan separados por límites físicos claros y definidos. Esto incluye la falta de interacción y socialización en un espacio urbano cercano. Las localizaciones donde reside cada grupo presentan ventajas y desventajas respecto a los servicios urbanos, y de ahí se evidencia la desigualdad.
Una de las observaciones más interesantes del estudio es cómo el crecimiento urbano a menudo toma caminos diferentes a los proyectados por la planificación oficial. Cabrera señala que esto se debe al carácter dinámico de las ciudades, influenciado por factores que operan en múltiples escalas y por la diversidad de actores involucrados en el desarrollo urbano.
En este contexto, las políticas urbanas juegan un papel crucial, no solo por su capacidad de intervención directa, sino también por su potencial para generar respuestas oportunas a los cambios y fenómenos derivados del orden social y las demandas sobre el territorio.
El estudio identifica dos condiciones fundamentales que influyen en la estructura y morfología de las ciudades: la localización de los diferentes grupos sociales y el acceso diferencial a servicios urbanos. Estos factores están íntimamente relacionados y, de mantenerse invariantes, crean un ciclo de desigualdad que puede ser difícil de romper sin intervención consciente.
Para comprender mejor la disparidad entre la planificación urbana y la “ciudad real”, Cabrera recurre al concepto de “Ciudad Dual” acuñado por el sociólogo español Manuel Castells. Este término hace referencia al contraste entre la teorización urbanística y la polarización presente en la realidad de las ciudades, lo cual suele tener como rasgo característico la “concentración” de servicios-recursos hacia zonas de mayor rentabilidad-plusvalía. En otras palabras, sucede que a pesar de los estudios y propuestas, donde se expresan conceptos de gobernanza e igualdad de posibilidades, las ciudades a menudo crecen de maneras que perpetúan o incluso exacerban las desigualdades existentes.
Otro aspecto importante que destaca el estudio es cómo la localización geográfica de los distintos grupos sociales está vinculada con las formas en que estos acceden a la ciudad y a los recursos urbanos. Estos recursos, denominados “satisfactores sociales” en el estudio, no se limitan a los servicios antrópicos como transporte o infraestructura, sino que también incluyen las características del medio físico, como elementos propios del paisaje.
Estos rasgos geográficos del sitio, con sus atributos naturales (áreas forestadas, acceso al rio, etc.) representan condicionantes importantes para el asentamiento y constituyen bienes ambientales que también se distribuyen de manera desigual.
La investigación de Cabrera no solo es un aporte académico significativo, sino que también puede servir de insumo referencial para la planificación urbana y las políticas públicas, disponiendo de información que puede orientar la formulación de objetivos a mediano/largo plazo. Al comprender mejor cómo se construyen y perpetúan las desigualdades urbanas, los planificadores y tomadores de decisiones pueden generar estrategias de abordaje, con intervenciones integrales más efectivas para crear ciudades más equitativas y sostenibles.