Estas PASO presentan un escenario único en la historia. Las dudas de los candidatos, las posibilidades que se abren y una incógnita que se develará en la madrugada.
Entre los que organizan las elecciones 2023 de este domingo hay preocupación extrema. ¿Qué pasa si la participación electoral está por debajo del 65%? El sistema argentino se basa en que la gente vaya a votar. Primero, porque es obligatorio; segundo, porque esa participación es clave para dar legitimidad al futuro presidente. A todos les preocupa llegar al poder a través de una elección en que no vote nadie.
En la Justicia electoral sacaron en las últimas horas un comunicado instando a la gente a que vaya a votar. “El voto obligatorio impone un deber y compromiso ciudadano, que al mismo tiempo asegura la igualdad de todas las personas para decidir en la formación del gobierno, lo que convierte al sufragio en un derecho fundamental dirigido al logro del bienestar general”, dice el comunicado de la Cámara Nacional Electoral.
La ley fija una pena de 500 pesos para el que no va. No es nada y no se puede actualizar porque para eso tendría que votar un cambio el Congreso. Pero distintas autoridades electorales evalúan aumentar las sanciones no monetarias para aquellos que no vayan y no puedan justificar por qué. Son procedimientos administrativos que no necesitan mayores aprobaciones, dado que ya existe un registro de infractores público.
- Los que estén en el registro no pueden hacer algunos trámites por un año.
- Además, para otros trámites no van a tener prioridad en los turnos. Eso implica -por ejemplo- que para sacar el pasaporte se puede demorar dos años.
- También se le hará una denuncia penal a los desginados autoridades de mesa que no vayan. Son causas que son excarcelables, pero que sumado a algún otro incidente que puedan tener puede generar un combo muy complicado que lo haga ir preso por un tiempo.
La tasa de participación puede ser clave en el resultado electoral de este domingo. Hay electores duros (los que están fanatizados con algún candidato) y electores blandos (los que no les gusta ninguno pero votan por descarte). El temor de los equipos de campaña de todos los espacios está puesto ahí. ¿Qué pasa si los que dicen que “nos van a votar” ese día deciden no ir?
La organización de estas elecciones tiene otro problema adicional que se va a plasmar recién en la madrugada del lunes. Probablemente, los resultados estén muy tarde a la noche. Luego retomamos este punto.
Las elecciones más raras de la historia
Estas son las elecciones más raras de la historia argentina. Aunque tuvimos muchos escenarios trágicos (proscripciones, vuelta a la democracia, crisis de 2001…) y otros con resultados impredecibles (2003, 2019), esta vez el escenario es diferente porque hay muchas variables inéditas.
1. Primeras PASO reales de la historia
Por primera vez un espacio con chances de llegar a la presidencia va a elegir sus candidatos en internas abiertas competitivas. En Juntos por el Cambio, la competencia entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta tiene final abierto.
Las PASO funcionan desde 2011.
- En 2011 nadie compitió. Cristina sacó el 50% en las primarias y la elección general fue una mímica.
- En 2015 hubo una interna mentirosa entre Macri, Sanz y Carrió. Obviamente ganó Macri. También ese año compitieron Massa y De la Sota, con números cantados.
- En 2019 Macri buscó su reelección y Cristina puso a dedo a Alberto Fernández. No hubo internas de ningún tipo.
Ahora compiten Bullrich y Larreta por quedarse con la candidatura en el espacio que -según las encuestas previas- va a ser el más votado si se suman los dos postulantes.
Pero además, el resultado de esa interna ordena las preferencias para las generales de todo el sistema político. Para Massa y Milei no es lo mismo una campaña contra Bullrich que contra Larreta.
2. Javier Milei, el “outsider”
Por primera vez aparece en el escenario un candidato por fuera de los partidos tradicionales con alguna chance de llegar a la presidencia. Se le dice en la jerga “outsider“.
Javier Milei llega habiendo sido solamente candidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires, cuando sacó el 17% en un distrito mediano. No tiene alianzas con otros partidos ni tiene experiencia de gestión; ni él ni sus candidatos.
En la Argentina hubo siempre terceras fuerzas importantes. Pero en todos los casos, sus líderes ya habían tenido alguna responsabilidad de gestión (Alsogaray o Cavallo) o una militancia partidaria fuerte en el peronismo o el radicalismo (Chacho Álvarez con el Frepaso o Carrió con el ARI). Y nunca tuvieron chances reales de llegar al poder.
Macri fue el primer presidente democrático en un siglo que no era radical ni peronista pero llegó en alianza con la UCR. Y tampoco era un “outsider”: fue dos veces jefe de gobierno, una vez diputado y presidente de Boca que es un país en sí mismo.
3. Alberto, Massa y un oficialismo distinto
Por primera vez en la historia un presidente no va por su reelección ni pone un sucesor pese a estar habilitado constitucionalmente. En su lugar va el ministro de Economía, Sergio Massa, que es crítico a la gestión (de Alberto) y pide “reconocer errores”. Por si fuera poco, Massa había sido opositor a Cristina Kirchner y hoy es su candidato.
Antes, De la Rúa renunció antes de intentarlo. Kirchner decidió dejar a su esposa sabiendo que ganaba y le daba continuidad al proyecto.
4. Es la economía, estúpido
Todas las encuestas dicen que el principal problema del país es la economía en sus múltiples factores (inflación, trabajo, pobreza). Y por primera vez, 3 de los 4 principales candidatos están vinculados a la economía: Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei porque son economistas; Sergio Massa porque lleva más de un año al frente del ministerio más caliente del país.
En un segundo escalón, el que aparece quinto en las encuestas (el cordobés Juan Schiaretti) también es economista. Como Guillermo Moreno, que busca un lugarcito en la grilla. En la amplia oferta de izquierda también hay un economista: Marcelo Ramal, el precandidato de Política Obrera.
5. Un mapa “no peronista”
Desde 1983, el mapa de gobernadores de la Argentina estuvo hegemonizado por el peronismo. En 1983 y 1989, el radicalismo llegó al record de manejar 7 provincias. El peronismo tuvo siempre mayoría.
Por primera vez desde 1983, el nuevo presidente va a tener que gobernar con gobernadores no peronistas.
Juntos por el Cambio podría tener al menos 9 provincias si se repite el resultado de las PASO de Mendoza, Santa Fe y Chaco y si se da el resultado cantado de que retiene la Ciudad de Buenos Aires. Todo un record para el “no peronismo”. También es competitivo en la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos, que hoy tienen su PASO, y en Santa Cruz.
Además, hay 5 provincias que son gestionadas por partidos provinciales de origen peronista, pero lejanas al actual oficialismo.
Esta situación generar condiciones muy favorables para un próximo presidente no peronista si es que ganan. O para obligar a negociar más al peronismo si conserva el poder.
Así queda el mapa del país.
6. En el Congreso puede cambiar todo
Si Juntos por el Cambio hace una buena elección puede tener el control de las dos cámaras del Congreso. Desde 1983, nunca el “no peronismo” había podido tener mayoría propia en el Senado. Eso le generó muchos problemas a la hora de gobernar:
- Alfonsín perdió ahí su primera votación cuando estaba impulsando la democratización sindical. Después, durante todo su gobierno tuvo que lidiar contra una CGT adversa que le hizo 13 paros generales.
- De la Rúa tuvo su primer gran conflicto de gestión cuando aprobó una reforma laboral en el Senado. Su vicepresidente, Chacho Alvarez, denunció que los votos peronistas de esa sesión fueron comprados (“la Banelco”) y renunció al no tener apoyo del presidente ante esas denuncias. Fue el principio del fin del gobierno de la Alianza.
- Macri en los últimos dos años casi no pudo sancionar leyes con ese Senado adverso.
Sería una simplificación decir que esos gobiernos no terminaron de funcionar por la falta de mayorías en el Congreso. Pero por lo menos fue una limitante. Para el no peronismo podría ser una oportunidad única.
En cambio, si el peronismo conserva el poder, probablemente lo agarre sin mayoría propia. Necesariamente va a tener que consensuar algo para poder gobernar. También un escenario distinto.
7. El enigma del ausentismo y el voto en blanco
La mayoría de las encuestas mostraban pocos días antes de la elección hasta un 30% de indecisos. Mucha gente decía que no iba a ir a votar o que iba a votar en blanco. Es un escenario inédito.
No solamente cambiaría completamente el resultado según cuanta gente vaya. Sino que también un alto ausentismo puede generar un impacto político sobre todo el sistema.
En las dos últimas elecciones hubo mucha diferencia de resultado entre las PASO y las generales (la que ganó Alberto en 2019 y la legislativa de 2021, cuando el peronismo achicó la diferencia). En los dos casos ese acortamiento del resultado fue porque más gente se acercó a votar. La participación incide.
El largo recuento
Hasta acá las rarezas de la elección. Pero hay algo más que se puede complicar el domingo a la noche (o madrugada del lunes): el escrutinio provisorio (los resultados que vemos por la tele o web) va a estar muy tarde a la noche. ¿Por qué?
La Dirección Nacional Electoral tomó la decisión de no publicar datos hasta que haya una muestra representativa.
La Provincia de Buenos Aires elige 8 categorías y hay lugares en que hay hasta 35 internas. El recuento en las mesas va a ser un caos.
La Ciudad tiene un sistema de “concurrencia”. Se vota en dos urnas diferentes (una común y una electrónica). Hay una resolución judicial que impide a los presidentes de mesa dar el resultado por separado. También se va a demorar.
Como entre Ciudad y Provincia tienen el 45% del padrón, difícilmente pueda haber datos “representativos” hasta bien entrada la noche.
Y además, en algunas zonas de la provincia de Buenos Aires se tarda todavía más por problemas del correo para llegar y otras dificultades de transmisión.
En conclusión: primeros datos bien entrada la noche del domingo; datos definitivos, muy tarde a la madrugada del lunes. Es probable que los resultados finales los conozcas recién cuando te levantes el lunes a la mañana; o que pases una larga noche en vela.
(*) Por PABLO WINOKUR