En la presentación de su obra, en la Feria del Libro, reveló que comenzó a trabajar en la escritura de “La ciudad de las ranas” hace veinte años y que contiene hechos históricos. Algunos de los episodios se asemejan a lo relatado en la película “Pandillas de Nueva York”.
Hugo Alconada Mon presentó el miércoles 5 de julio, a la noche, su libro “La ciudad de las ranas” en el Multiespacio “Antonio Villarreal” donde se desarrolla hasta este viernes 7, la Feria del Libro.
Entrevistado por Víctor Sánchez Hernández, el reconocido periodista del diario La Nación se explayó sobre el contenido de su obra. Transcribimos parte de su exposición seguida con atención por un poblado auditorio: “Escribir ese libro me llevó 20 años, yo nací y me crié en La Plata, vivo todavía allí. Y en un período muy corto de tiempo, que fueron dos años, trabajé en el Diario El Dia de La Plata. En la práctica, lo que ocurre es: ser periodista a veces permite conocer personas que de otro modo no conocerías e ir a lugares que de otro modo no irías y que te muestren documentos que de otro modo no te mostrarían. Y en aquel tiempo en el diario de La Plata empecé a escuchar los primeros datos sobre la verdadera historia de la ciudad de La Plata y era interesante. Y desde ahí me quedó el deseo y el interés y empecé a leer, a comprar libros y ya en los últimos cinco años empecé a leer de manera sistemática. Empecé a pedir materiales en el Archivo General de la Nación; en el Archivo Histórico de la Provincia. Buscar contactos con la masonería para que me abrieran los archivos, el Museo de la Policía Bonaerense y me empecé a encontrar con algo enorme, interesantísimo porque me encontré con una ciudad que por momentos tenía historias que eran propias de película, voy a contar una sola: en 1886, en La Plata habían más extranjeros que criollos y estábamos en un momento en el cual el voto era cantado y el fraude era patriótico, con lo cual te dabas vuelta y te comían la urna entera. Y en ese contexto, los criollos llevan a su propio candidato, Ramón Falcón; los italianos llevan como candidato, también los españoles el suyo. Y si dejaban que las elecciones fueran libres y transparentes los criollos perdían. Entonces, los criollos tomaron su primera decisión estratégica: intentaron secuestrar al candidato italiano. No lo lograron. Lo segundo que intentaron fue quedarse con la urna y en aquellos tiempos, las elecciones eran en el atrio de las iglesias. En La Plata, habían dos o tres iglesias…cuando los criollos se dan cuenta de que van a perder atacan, avanzan hacia las urnas….se parece a la película “Pandillas de Nueva York” donde chocan los gringos, irlandeses, judíos e italianos. Lo mismo pasó en la iglesia de San Ponciano. Los registros de la época hablan de al menos 3 muertos, heridos con cuchillo, bala, espada y lanza. Incluso hay un párrafo en las crónicas de la época donde dicen “y vimos salir del atrio de la iglesia a un napolitano con un hacha clavada en el parietal izquierdo”. Cuando yo leí eso me dije que ahí había una historia para contar. Era espectacular y ahí me tiré de cabeza”.
OCTAVA VERSION
¿Cómo hice para escribir con buena prosa en ese libro?. Como Pica piedra, yo no me considero buen escritor, lo que está en el libro es la octava versión del mismo libro. Es decir, que lo escribí, lo imprimí, lo dejé a un costado. Me iba a hacer otras cosas, dejaba pasar un mes, mientras seguía leyendo sobre otras cosas y después atacaba el libro con una lapicera roja a tachar, y tachar. De hecho, la primera versión tenía unos 600 mil caracteres, la última versión con algunos capítulos que sumé tenía unos 400 mil caracteres. Del libro original eliminé al menos un tercio. Y el séptimo borrador se lo di a mi segundo hijo de 19 años, que es un lector voraz. Le pedí que hiciera observaciones y analizara qué partes eran aburridas. Y la verdad es que me vino muy bien. A la octava versión no la he vuelto a leer, cuando me lo dieron se siente como tener algo que soñaste hace cinco años. Lo olí, que rico huele, después abrí al voleo y en la primera página que empiezo a leer me digo “aquí podría haber usado tal verbo” y dije “basta, me voy a enloquecer”
“Lo que diferencia a La Plata de otras es que fue diseñada, planeada. Y eso la hace distinta. Recordemos el contexto, estamos hablando de un momento, en 1880 – 1882, donde veníamos de las peleas entre unitarios y federales. Entre los autonomistas porteños y una persona, Carlos Tejedor que se pasa de rosca e intenta una rebelión para darle más poder a la ciudad de Buenos Aires, la diferencia es que del otro lado tenía a Julio Argentino Roca, que te puede gustar o no pero que tenía una cabeza super lativa. Esa rebelión fue derrotada y murieron tres mil personas, en un momento en el cual en la Argentina en ese territorio había 1 millón 200 mil. Es como si hoy en una rebelión murieran 120 mil argentinos. Pierde la ciudad de Buenos Aires, retroceden los autonomistas porteños y las provincias logran al fin federalizar a la ciudad de Buenos Aires. y eso lleva a su vez a un problema y a una oportunidad: tenes una provincia que no tenes ciudad Capital. Tenes un gobernador que no tiene donde sentarse, no tiene oficina. Pero también es una oportunidad, para el entonces gobernador Dardo Rocha, levantar una nueva ciudad y que esa ciudad le sirva como vidriera y trampolín para decirles a todos “ey, miren lo que hice con la provincia de Buenos Aires; levante una ciudad de primera línea”. Fue la primera ciudad de América del Sur en tener electricidad. Dardo Rocha imaginaba que esto era un trampolín para la presidencia de la Nación. Eso explica por qué levantaron otra ciudad en lugar de tomar una ciudad ya construida y hacerla capital”.
