Los correntinos veíamos con mucho agrado el primer tramo de la Autovía 12 Corrientes allá por el 2018. La ruta nacional 12 empezó a ser transformada en autovía a lo largo de 13 kilómetros, desde el control policial de Riachuelo hasta el acceso a Santa Ana, pasando por todos los accesos a la Capital, el tramo con mayor densidad vehicular de toda la provincia.
En abril de este año están por ser 5 años de aquel comienzo de obra, y los correntinos estamos verdaderamente preocupados por el mal desempeño que viene haciendo la Nación con esta autovía.
Lo que tendría que brindar mayor seguridad vial, favoreciendo a los más de 8500 vehículos y 35 mil personas que diariamente circulan por el tramo comprendido, hace meses está siendo un caos por la falta de iluminación y señaléticas no solamente para mis comprovincianos, sino para todos los argentinos que se ven obligados a pasar por Corrientes.
Una obra que, tenía como objetivo optimizar la circulación y disminución en los tiempos de viaje, otorgando mayor fluidez al transporte de carga y potenciando la productividad de toda la gran región, no solo que está demorada, y hoy paralizada por Vialidad Nacional, sino que está trayendo perjuicios a los correntinos en muchas manifestaciones, como son inundaciones a los márgenes de la obra, los accidentes de tránsito, las demoras, la falta de estructura para cruzar de un margen al otro, y el cansancio de cientos de vecinos al ver que la obra no avanza.
Como representante de los correntinos en el Congreso nacional, me veo obligada a manifestar y dejar mi punto de vista sobre este tema y decir que, desde mi lugar en la Cámara de Diputados, estoy trabajando para hacer pedidos de informes y solicitar al Ejecutivo nacional que retome la marcha de la obra, como así también, haga público desde el ente encargado de la construcción, cuáles serían los plazos finales de construcción.