Los precios de los combustibles volverán a subir a partir del 1° de marzo, impulsados por un ajuste del impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC).
Se estima que el impacto final en los surtidores rondará el 3% a nivel nacional. Sin embargo, las empresas podrían aplicar un aumento adicional para compensar sus costos y recuperar rentabilidad.
El ICL e IDC subirá un 51%, lo que se traduce en un aumento promedio de $26 por litro en naftas y $21 por litro en gasoil a nivel nacional. Las zonas centro y norte del país, que no gozan de exenciones impositivas, podrían experimentar subas aún mayores.
Si bien los precios ya habían aumentado un 6,5% en febrero, las empresas argumentan que este ajuste solo reflejó la actualización del ICL y el alza de los biocombustibles.
El “descongelamiento” del ICL, que se actualiza cada tres meses según la inflación, busca recuperar el atraso de 2021 y 2022. El Gobierno difirió para los próximos meses los aumentos correspondientes a la inflación de 2023.
Las refineras no solo trasladaron la actualización impositiva al precio final, sino que también aplicaron un 2% adicional por el aumento del bioetanol y el biodiesel.
Desde la asunción de Javier Milei, los combustibles acumulan un aumento del 86%, repartido en tres incrementos: 38%, 27% y 6,5%. Esta escalada se explica principalmente por el alza del tipo de cambio (los contratos están dolarizados) y el valor del barril de petróleo.
En diciembre, el Gobierno devaluó la moneda un 56% y liberó el precio del barril de petróleo en el mercado interno. De esta manera, el sector comenzó a ajustar sus costos a la nueva realidad cambiaria.
En 2023, el barril de petróleo se vendió en el mercado interno a un precio promedio de US$61, mientras que en el mercado internacional alcanzó los US$72. Esta brecha del 18% es la que las empresas del sector buscan cerrar este año.
El nuevo aumento en los combustibles impactará en el bolsillo de los consumidores y en la economía en general. Se espera que el Gobierno monitoree la situación y tome medidas para mitigar el impacto, como la aplicación de subsidios o la implementación de programas de asistencia.
En un contexto de alta inflación y volatilidad económica, la suba de los combustibles es un tema sensible que genera preocupación en la sociedad argentina.