Esconderse detrás de la máscara trágica del Frente Renovador, no oculta nada en lo relativo a que Sergio Massa y sus adláteres locales son más de lo mismo. El kirchnerismo agazapado y los responsables de Frente Renovador de Corrientes, solo se miran el ombligo y siguen las directrices del gobierno nacional.
Es que no se ha escuchado una sola palabra sobre la discriminación que sufrió Corrientes en estos cuatro años y en todos los sectores de “dirigentes” del Frente Renovador, solo se protege al “jefe nacional” de turno, mientras miran para otro lado cuando se trata de defender a su provincia de las políticas discriminatorias.
La paralización de la Autovía del ingreso a la ciudad de Corrientes, la deuda con el Instituto de Previsión Social, la falta de envío de fondos de las regalías de Yacyretá y Salto Grande, la falta de obras de importancia en toda la geografía provincial, no están en la agenda del Frente Renovador, ni en el reclamo de los locales.
Entonces, de qué hablan cuando dicen que piensan en Corrientes, si solo protegen sus negocios, como los pseudo Centros de Capacitación, que según denuncias en redes sociales solo sirven como bunkers partidarios.
O los manejos poco transparentes del movimiento de sus dirigentes, sin dar respuestas sobre cómo se solventan los gastos que ello implica, o el manejo de fondos nacionales transformados en Planes Sociales, para amigos, militantes y simpatizantes.
Nada dijeron del escandaloso “Chocolate Gate”, donde están involucrados judicialmente dirigentes de su sector político. Esto es lo que se espera de un gobierno de Sergio Tomás Massa, más de lo mismo, con la diferencia de que se quieren llevar puesta a la República, a las instituciones democráticas y a la división de poderes.
Massa y su Frente Renovador, es lo que en 2019 fue el Alberto moderado del kirchnerismo, que “volvían mejores”. Hay que recordar que el propio Luis D´Elia lo trató de cabecilla del narcotráfico en la Argentina. Pero de eso no se habla, eso no está en la agenda pública del kirchnerismo massista.
Este domingo se elige entre dos modelos de país: el más de lo mismo, pero peor y una opción de cambio que puede salir bien. Recordar al presidente de El Salvador, cuando dijo: “No se puede esperar un resultado distinto, haciendo más de lo mismo”.
Editorial