Luego de las intensas lluvias registradas en los últimos días, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) tomó la decisión de abrir las compuertas y arrojar agua cruda al río Paraná, inundando Ayolas en Paraguay y la Isla Apipé en Argentina.
Si bien justifican la acción en la prevención de mayores inundaciones, desde los medios de la República del Paraguay, aseguran que fue una medida no solo inconsulta, sino que además no se dio el aviso que, según el protocolo internacional, debería haber ocurrido.
La misma fuente asegura que la Superintendencia de Operación de la Dirección Técnica de Itaipú (Brasil), está llevando a cabo una planificación estratégica para controlar el nivel del embalse y mitigar los efectos de la crecida aguas abajo.
Sin embargo, no ocurrió lo mismo con la represa de Yacyretá y eso provocó el anegamiento de la ciudad de Ayolas y la isla Apipé, con consecuencias lamentables para ambas localidades.
Debido a las descargas de las centrales del río Iguazú, fue necesaria una gestión por parte de la Superintendencia de Operación de la Binacional para equilibrar las necesidades de generación de energía.
Desde Yacyretá confirmaron la apertura de las compuertas del Vertedero Brazo Principal debido al aumento del caudal del río Paraná. Según el Departamento Técnico, toda el agua que fluye hacia el embalse debe ser liberada aguas abajo de la central hidroeléctrica debido a la capacidad limitada de generación de energía a partir de ese caudal entrante.
Desde Paraguay, aseguran que la medida fue inconsulta y estuvo a punto de afectar la generación eléctrica, lo que suma un nuevo conflicto internacional con ese país vecino.
Sin embargo, desde la Cancillería Argentina sostienen que fue Paraguay quien abrió inconsultamente el brazo de Aña Cuá poniendo en riesgo la generación de energía que necesita la Argentina para alimentar el interconectado nacional.