El piloto estadounidense protagonizó un escalofriante accidente en la prueba de la Nascar en Daytona. A falta de cuatro vueltas para el final de la carrera, Erik Jones perdió el control de su Ford y chocó contra su compañero de equipo, Chase Briscoe, que impactó con Ryan Preece, empujándolo hacia la hierba.
El coche de Preece se clavó en el pasto y empezó a dar vueltas de campana y no paró hasta después de completar diez giros tras recorrer cientos de metros. Los equipos de emergencias llegaron al lugar del accidente temiéndose que las consecuencias fuesen graves, aunque, para sorpresa de todos, el piloto se encontraba bien, aún cuando permaneció hospitalizado el sábado por la noche.
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