Emilio Lanari, viceintendente de la Capital y uno de los fundadores de Encuentro Liberal (ELI), sacudió la política correntina al anunciar públicamente su renuncia a la fuerza que lidera Pedro “Perucho” Cassani. Lo hizo con un posteo medido pero contundente en sus redes sociales, donde dejó en claro que ya no comparte los rumbos políticos del partido.
“Hoy presenté mi renuncia a los cargos partidarios con los cuales he sido honrado durante todo este tiempo”, escribió Lanari en sus redes oficiales. Pero lo más resonante vino después: “El proyecto actual en el cual está embarcado nuestro partido no coincide con los objetivos y propósitos que hemos desarrollado durante los últimos 11 años”, remató, en alusión directa a la salida de ELI de la alianza Vamos Corrientes, comandada por el gobernador Gustavo Valdés.
Lanari, en su mensaje, apuntó también a recuperar “la escucha, el diálogo y las respetuosas diferencias”, una forma elegante de señalar que el actual rumbo del partido ya no tolera disenso.
La salida de Lanari es el golpe más fuerte que recibe ELI desde que decidió romper con la alianza oficialista, pero no es el primero. Ya en mayo, tras el quiebre con Vamos Corrientes, varios funcionarios renunciaron tanto a sus cargos como a su pertenencia partidaria. Algunos incluso lo hicieron con fuertes críticas al manejo personalista de Cassani.

El propio Valdés no dejó pasar el tema y, en declaraciones recientes, ironizó sobre quienes abandonan el barco tras años de formar parte del mismo proyecto: “O son muy mentirosos o son muy torpes”, lanzó el mandatario, con un mensaje que muchos leyeron como un tiro por elevación a Cassani y su entorno.
La interna que desangra a ELI
El quiebre se profundizó con una decisión clave: la candidatura impulsada por Cassani para su hijo como intendente de Goya. Para muchos dentro del partido, fue el punto de no retorno. “Fue un error y un capricho insistir con la candidatura de su hijo”, consideran dirigentes locales.
La renuncia de Lanari no solo tiene peso político sino también simbólico: es uno de los últimos referentes de peso que quedaban en la estructura del partido. Su salida confirma lo que ya es un secreto a voces: ELI atraviesa una crisis profunda, sin liderazgos claros y con una estrategia electoral que parece desinflarse a semanas del cierre de alianzas.