En pleno corazón de la capital correntina, en la histórica esquina de 9 de Julio y La Rioja, una estructura centenaria se transforma en lo que ya muchos consideran la obra cultural más ambiciosa de Corrientes en el último siglo. Se trata del Museo de Arte Contemporáneo de Corrientes (MACC), que estará listo a fines del mes de julio, y que promete marcar un antes y un después en el mapa cultural del nordeste argentino.
La obra —impulsada por el Gobierno de la Provincia bajo el liderazgo del gobernador Gustavo Valdés— integra un plan de infraestructura de gran escala que busca modernizar y revalorizar el casco histórico de la ciudad. El MACC no solo destaca por su dimensión y arquitectura, sino por su visión integradora: será un punto de encuentro entre pasado, presente y futuro del arte, con espacios concebidos para la exposición, el disfrute gastronómico y el intercambio cultural.
Del olvido al arte
El edificio que alberga al nuevo museo tiene raíces profundas. Fue originalmente construido a comienzos del siglo XX para funcionar como sede bancaria, y más recientemente albergó oficinas del Banco de Corrientes. Durante el proceso de remodelación —que en un principio contemplaba una demolición parcial—, los arquitectos descubrieron una estructura patrimonial de gran valor: mampostería original, techos abovedados de ladrillo y perfiles metálicos forjados a comienzos del 1900. Fue entonces cuando el proyecto viró hacia la conservación y restauración.
“El hallazgo cambió todo el plan. No podíamos perder ese valor histórico. Por eso diseñamos una intervención artesanal que respeta la arquitectura original y reutiliza muchos de sus materiales”, explicó el arquitecto Alfonso Asensio Albino, encargado del proyecto.
Algunos de esos materiales recuperados fueron destinados a otras grandes obras urbanas, como los bancos de la nueva Plaza Libertad. Otros, como las vigas metálicas originales, se integran ahora al mobiliario interno del MACC, incluyendo la barra del restaurante del cuarto piso.
5 pisos de arte, historia y futuro
Con una superficie total de 4.200 metros cuadrados distribuidos en cinco niveles, el MACC se inspira en el modelo del prestigioso MALBA de Buenos Aires. Tres de los pisos son completamente nuevos y se elevan sobre la estructura original. Allí funcionarán salas de exposición de hasta 5 metros de altura, un auditorio acústico con capacidad para 100 personas, un bar con vista a la plaza Vera y un restaurante panorámico que promete convertirse en un atractivo gastronómico clave del centro correntino.
Además, el edificio contará con dos ascensores, un montacargas de alta capacidad (hasta 5.000 kg) y sistemas de climatización e iluminación automatizados, bajo estándares internacionales de preservación y sostenibilidad. Se instalaron vidrios especiales que controlan el ingreso de luz solar para proteger las obras, y un sistema antiincendios de última generación.
Un museo para las grandes ligas
El MACC fue concebido no solo para albergar la producción artística local, sino para recibir colecciones nacionales e internacionales. “Muy pocos museos en Argentina tienen más de 1.300 metros cuadrados exclusivamente destinados a salas de exposición. El MACC sí”, detalló Asensio.
La logística también fue pensada para facilitar el traslado de obras de gran porte: camiones podrán ingresar directamente por el Pasaje Agustín González y acceder al montacargas interno.
La obra, que ya es visible desde el exterior, avanza hacia su finalización. Esta semana se pintará la fachada y se terminará de instalar el sistema eléctrico inteligente. El edificio estará listo para ser entregado el 31 de julio, momento en que también comenzarán a operar los concesionarios del bar y restaurante. Hasta el 12 de junio, se podrán adquirir los pliegos para participar de la licitación, cuya apertura está prevista para el 11 de julio en el Salón Verde de Casa de Gobierno.
Más que un museo: una apuesta a la identidad
“El MACC es más que una obra arquitectónica: es un acto de reivindicación cultural”, resume Asensio. A su alrededor, el casco histórico correntino vive una transformación silenciosa pero contundente. Obras como la refuncionalización de La Unidad o la nueva Plaza Libertad acompañan esta apuesta del Gobierno por una ciudad más moderna, vibrante y con fuerte identidad cultural.
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