Este lunes 6 de mayo en la Ciudad de Corrientes los usuarios del transporte público de pasajeros tendrán el triste privilegio de pagar el boleto más caro del país: $ 990.
El Intendente y la mayoría de los Concejales no se apiadaron siquiera de que se trata de uno de los conglomerados urbanos más pobres de la Argentina.
El recorrido de responsabilidades es largo.
Las Concesiones del Servicio ya partieron poniendo en posición privilegiada a los empresarios del transporte por sobre los usuarios.
Las gestiones ejecutivas de distinto signo se sucedieron, pero ninguna se colocó en el lugar de los que bancan el sistema, los usuarios con bolsillos modestos.
En el orden local las autoridades municipales hicieron siempre la vista gorda con los innumerables incumplimientos de los Concesionarios.
En el orden nacional un sistema de subsidios completamente concentrado en Caba y Amba.
En el orden provincial el Gobierno de Valdés nunca puso verdadero interés (y recursos) en hacer más liviano para los usuarios el costo del pasaje.
Ya con Milei en el Gobierno Nacional todo ha empeorado y precipitadamente.
La decisión de no enviar subsidios nacionales compensatorios al transporte ha generado esta brutal corrida que lleva a este impactante precio y promete seguir su escalada.
En noviembre del año pasado el boleto costaba $ 200, hoy cinco veces más. Un incremento del 500 % en solo 6 meses! . Que la cuenten cómo quieran los libertarios.
El Sistema, sin riendas, sólo contempla el interés empresarial.
Todo favorecido por el clima de época cuyo mentor es el Presidente.
Para Milei los grandes, y mejor si son monopólicos empresarios, son los “héroes” de esta historia, mientras los usuarios ya verán si pueden pagar, colgarse a una motito segunda mano (porque las 0 km son prohibitivas) o caminar …
Mientras tanto los países desarrollados no se comen la curva; y subsidian bastante fuerte en todas partes del mundo para favorecer el traslado de las personas a sus trabajos y educarse, evitar el uso de autos para mejorar la fluidez vehicular y disminuir accidentes y muertes.
La solución no será sencilla ni inmediata pero no vendrá de la mano de contemplar sólo el interés empresarial. Poner en prioridad los derechos e intereses de los usuarios es la clave.
(*) Gabriel Romero, presidente de Libres del Sur Corrientes