La obra Torre, de la serie El Apocalipsis, un dibujo a pluma, lápiz, tinta y carbón sobre papel Lanaquarelle y realizada entre los años 2003 y 2004 de la artista Catalina Chervin es la nueva incorporación al patrimonio del Museo de Bellas Artes “Dr. Juan R. Vidal” gracias a la gestión del Instituto de Cultura de la Provincia para su adquisición y la contribución de la artista.
Esta obra estuvo expuesta recientemente en el Salón de los Pasos Perdidos de la Legislatura provincial en oportunidad de recibir la artista el Reconocimiento Libertador General San Martín, otorgado por el Senado de la Provincia de Corrientes. Se enmarcó también su realización durante el desarrollo de ArteCO, Feria de Arte Contemporáneo de Corrientes en su edición 2022.
La obra “Torre” se halla expuesta en la sala “Adolfo Mors” y será analizada en el ciclo “La Obra del Mes” que estará a cargo de la Prof. Alejandra Fernández.
Sobre la artista
Catalina Chervin se formó en los talleres de importantes maestros argentinos como Juana Butler, Teresio Fara, Kenneth Kemble, Ideal Sánchez, Eolo Pons, Emilio Renart, entre otros. Durante muchos años trabajó como artista en residencia en la ciudad de Nueva York. Allí también tuvo participación en el taller de grabado de Robert Blackburn y con el maestro Master Printer Takuji Hamanaka. Sus obras están en los principales museos del mundo.
Reproducimos el texto curatorial del Lic. Julio Sánchez, curador de la muestra en la Legislatura de Corrientes:
Acercarse a la obra de Chervin no es tarea sencilla, son varios años de trabajo que abarcan diferentes series y estímulos. Suele combinar técnicas variadas como el grabado, dibujo a lápiz, tinta, carbón y otras.
Entre sus motivaciones ella misma se refiere a sus abuelos y a su madre, rusos judíos perseguidos y emigrados, como así también a los años de dictadura militar que vivió en los años ’70 en Buenos Aires que la obligaron a exiliarse. Cada una de sus obras está lograda con una minuciosidad casi exasperante, línea por línea, aquella que de lejos parece un gran nubarrón está lograda con trazos minúsculos que nacen del impulso que le dicta el mismo soporte del papel, a la tinta o al carbón que use en ese momento. Quienes estén familiarizados con la alquimia podrán reconocer en sus obras la fase nigredo, la primera de las tres partes más importantes del proceso de transmutación de la materia en espíritu, o dicho en términos profanos, del plomo al oro. En términos de psicología junguiana, nigredo es la fase de confusión, o desorientación que sufre tanto el individuo como el inconsciente colectivo.
Las obras de Catalina constituyen un Opus Nigrum, una “obra negra”, tal como Marguerite Yourcenar tituló a su novela más formidable, es decir el conjunto de pruebas que debe superar el espíritu que busca liberarse y trascender. La tarea no es fácil, de hecho Gustav Jung -el gran pensador y psicólogo suizo- dicen que son pocas las personas que se atreven y apunta “No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino hundiéndose en la oscuridad. Pero esta labor es a menudo desagradable y, por lo tanto, impopular”.
Catalina es una de ella, se planta con una obra nocturna y abismal, señalando la oscuridad que debe ser iluminada.
Detalles de la obra
TORRE II, serie El Apocalipsis
2003 – 2004
Pluma, lápiz, tinta y carbón
Papel Lanaquarelle
Colección MPBA “Dr. Juan R.Vidal”