Una investigación articulada entre la Universidad Nacional del Nordeste, UTN-Resistencia y CONICET, avanza en el desarrollo y optimización, de manera experimental, de una metodología de cuantificación de glifosato que permita su detección de manera sencilla, específica y a menor costo respecto a las técnicas convencionales que requieren equipamientos y reactivos de alto valor económico.
El glifosato es un herbicida organofosforado que se aplica en zonas agrícolas para el control de vegetación.
Si bien es el herbicida más usado en el mundo, numerosas publicaciones evidencian efectos tóxicos en el medio ambiente, e incluso efectos en humanos viviendo en zonas de uso intensivo de dicho agroquímico.
En ese contexto, tener al alcance técnicas de detección fiables, y a la vez accesibles procedimental y económicamente, podría contribuir a un mayor monitoreo de este producto en distintas matrices como agua y suelo.
Con ese fin, investigadores de la UNNE, UTN-Facultad Resistencia y el CONICET pusieron en marcha un proyecto para el desarrollo y puesta a punto una metodología de cuantificación de glifosato, utilizando ninhidrina como reactivo, que permite su detección en la región visible del espectro, sin la utilización de reactivos derivatizantes que son de muy alto costo.
El ajuste de esta técnica permitiría una detección sencilla, sensible, específica y de bajo costo respecto a las técnicas convencionales y reportadas.
El estudio es realizado por las becarias de investigación Nadia Belén Tulián, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE, y Viviana Taglang, de la Facultad Regional Resistencia de la Universidad Tecnológica Nacional, bajo la dirección de la Dra. Celina Monzón, investigadora de la Unidad de Control de Fármacos y Tóxicos del IQUIBA-NEA (CONICET-UNNE) y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (FaCENA-UNNE).
Los resultados del desarrollo de la técnica experimental, de modo analítico, muestran alentadoras perspectivas para la detección de glifosato en los ensayos en laboratorio.
Al respecto, una vez que se concluya la puesta a punto de la detección de glifosato, en laboratorio, se proyecta ajustar la técnica para detectar AMPA, que es el principal metabolito del glifosato.
Es que en las matrices reales, como suelo, agua, alimentos, animales o humanos, puede estar presente no sólo el glifosato sino también AMPA, pues a medida que se degrada el glifosato aparece con más fuerza AMPA.
La última etapa sería la aplicación de este método, una vez validado, a matrices reales.
Relevancia
La Dra. Celina Monzón explicó que el trabajo de desarrollo de técnicas alternativas de detección de glifosato se enmarca en un proyecto mayor de trabajo articulado entre Unidad de Control de Fármacos y Tóxicos (UNNE-CONICET) y el Grupo de Investigación y Servicio a Terceros en el Área de Química (GISTAQ) de la Facultad Regional Resistencia – UTN, que se orienta a la biorremediación de agroquímicos mediante microorganismos para degradar contaminantes.
Así, como parte de ese proyecto integral, se planificó la puesta a punto de técnicas de detección para distintos tipos de agroquímicos, siendo el glifosato el primer producto con el cual se está trabajando en pos de su cuantificación.
“Se trata de un proyecto de muchas horas de trabajo, de prueba y error, probando numerosos tipos de compuestos y dosificaciones, pues son acotadas las investigaciones y el conocimiento previo en relación al ajuste de metodologías como la que se están buscando con el estudio” destacó la becaria Nadia Belén Tulián, estudiante de FaCENA-UNNE y becaria de investigación de pregrado
Agregó que esperan que los ensayos que están realizando puedan dar base a un nuevo criterio para futuras aplicaciones en muestras ambientales reales.
En tanto, la becaria Viviana Taglang (UTN) resaltó que cuanto más sencilla, específica y barata sea la técnica ajustada, mayores serán sus posibilidades de aplicación y con ello contribuir a potenciar los estudios relacionados a la identificación de la contaminación que podrían estar generando los agroquímicos en los recursos naturales, los animales, los alimentos o en las mismas personas.
“Nuestro objetivo es colaborar en buscar condiciones más seguras para todos en un tema sensible como el uso de agroquímicos”.
Tulián acotó en esa línea que en Argentina existen 12 ciudades que prohíben el uso de glifosato y otros agroquímicos, y se trata de una cuestión sensible en la cual desde la ciencia se puede aportar en la generación de herramientas que posibiliten la generación de información con rigor sobre el tema.
Sobre la vinculación interinstitucional del proyecto, la Dra. Monzón destacó la importancia del trabajo articulado, pues desde la UNNE se venían realizando en estudios de agroquímicos en peces mientras que el GISTAC de la UTN, bajo la dirección del Dr. Alejandro Farías, se enfocada más en suelo y agua, por lo que el proyecto permite potenciar las posibilidades de la investigación y transferencia.
También refirió a lo “sensible” del tema que se aborda con el proyecto, y justamente consideró que generar información es la mejor forma de sentar las bases para el uso sustentable de estos productos.