Desde el Centro de Conservación Aguará de Corrientes, que trabaja para la rehabilitación y liberación de especies autóctonas lesionadas o en riesgo que son rescatadas de los operativos contra en tráfico de fauna silvestre, la caza furtiva, el mascotismo y maltrato animal, hicieron pública la conmovedora historia de dos ositos meleros que fueron rescatados y la lucha de los voluntarios por salvar sus vidas.
“En las últimas semanas ingresaron al Centro Aguará dos crías de Oso Melero Los mismos llegaron de la localidad de Empedrado y llevan el nombre del paraje donde fueron rescatados: Derqui e Isidro. En ambos casos han quedado huérfanos porque sus madres fueron atacadas por perros”, comienza el emotivo relato sobre la vida de estos pequeños.
Respecto de su estado comentaron que, “Derqui, viene evolucionando muy bien. Se le realizó un chequeo completo de salud determinado que tiene entre 3 o 4 meses de vida. Inicio su rehabilitación tomando mamadera y hoy ya se encuentra en transición a la alimentación sólida. Su peso corporal, comportamiento y estado general es bueno”.
En tanto que, “Isidro llego un día después de Derqui, era una cría muy pequeña de aproximadamente 8 o 10 días de vida. Su evolución comenzó positivamente, sin embargo, con el correr de los días su condición fue decayendo. Es común en crías muy jóvenes el “síndrome del neonato débil”, que se da por pasar escaso tiempo con la madre. Ésta no logra transferir los anticuerpos e inmunidad necesarios en las primeras leches (calostro), que es un proceso muy importante en todos los mamíferos”.
“Isidro recibió la medicación necesaria y se practicaron estudios para encontrar el origen de su decaimiento, sin obtenerse un resultado concreto. Lamentablemente no pudimos revertir su situación, dejo de alimentarse, bajo de peso y sus órganos más importantes presentaron fallas por las pocas defensas que tenía”, lamentaron desde el Centro de Conservación.
Pero en medio de tanta tristeza fluyó la alegría porque, si bien “es una pérdida que nos llena de tristeza por el gran desafío que representó para nosotros como equipo, a pesar de ello, nos fortalece haber logrado un avance significativo en Derqui” señalaron.
“De todas las experiencias continuamos aprendiendo y mejorando el manejo de las crías o pichones que ingresan al Centro Aguará, dado que los neonatos mientras más pequeños sean, mayor es el riesgo de mortalidad”, aseguran convencidos de la enorme labor que llevan adelante.
“No queríamos dejar de contar la historia de Isidro y destacar el gran trabajo que realizan los voluntarios del Área de Atención y Alimentación de Animales Huérfanos, que con paciencia y dedicación llevan adelante el desarrollo y bienestar de muchos animales en el Centro”, finaliza esta conmovedora historia de dos ositos meleros que no corrieron con la misma suerte, pero contaron con la dedicación y el amor que ponen día a día los profesionales que trabajan en el Centro Aguará.