El “Paseo de los Artesanos” de la localidad correntina de Saladas se vistió de fiesta con la Feria de Semillas, Saberes y Sabores, un encuentro donde el campo, la cultura y la comunidad destacaron la importancia de las semillas nativas como base de la cultura alimentaria y el cuidado ambiental.
Productores locales, estudiantes, docentes, instituciones y familias de la región compartieron una jornada llena de aromas, colores y aprendizajes. Hubo exposición y venta de alimentos frescos, intercambio de semillas, expresiones artísticas y mucha charla sobre lo que nos une: el cuidado de la tierra y la importancia de nuestras semillas nativas.
La feria fue organizada por la Comisión Departamental de Pequeños Productores de Saladas, el Instituto de Cultura Popular (INCUPO) y el Municipio local, con la participación del Instituto de Botánica IBONE de la UNNE.

Desde temprano, las ferias de la zona —San José, Sabor a Campo, de Pago de los Deseos y la Cooperativa Agroecológica “Las Tres Colonias” de Bella Vista— pusieron a disposición sus productos, mientras el Colegio secundario de Colonia Cabral, la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) “Renacer”, de Pago Alegre, el Colegio secundario del Barrio Estación, INCUPO y la Secretaría de Acción Social del Municipio de Saladas mostraban sus proyectos y creaciones.
Uno de los momentos más emotivos fue el intercambio de semillas criollas y nativas, donde los productores contaron la historia detrás de cada semilla: cómo las cuidan, las siembran y las transmiten de generación en generación. “Son semillas adaptadas a nuestra tierra, resistentes, saludables y base de nuestra cultura alimentaria”, explicaron los organizadores.
El intendente Noel Gómez definió la feria como una “siembra de trabajo conjunto”, destacando “el permanente apoyo del Municipio a los productores y emprendedores locales”.
A su turno, María Mercedes “Paiá” Pereda (INCUPO) y Ramón Ramírez (Comisión de Pequeños Productores) entregaron reconocimientos a los Guardianes de Semillas: familias que mantienen vivas estas variedades frente al avance de la agricultura industrial y los agroquímicos.
La jornada cerró con un toque artístico y emotivo: jóvenes de escuelas locales regalaron poesías, relatos y maquetas hechas con semillas, demostrando que la creatividad también germina cuando la tierra se cuida.