El presidente Javier Milei oficializó la designación de Lisandro Catalán como ministro del Interior durante la primera reunión de la Mesa Federal, un espacio que busca recomponer la relación con los gobernadores aliados. El anuncio se dio en un contexto político marcado por la derrota en la provincia de Buenos Aires y la necesidad de relanzar la campaña nacional.
Catalán, que hasta ahora era el segundo de Guillermo Francos en la Jefatura de Gabinete y tenía bajo su órbita el vínculo con las provincias, asume ahora el rango de ministro. Su misión será clara: fortalecer el diálogo con los mandatarios provinciales que se alineen con la agenda del Gobierno.
En su intervención, Francos remarcó que el diálogo se abrirá únicamente con los “gobernadores afines”. El mensaje dejó en evidencia que, aunque Milei busca tender puentes con el interior, lo hará en un marco acotado y con aliados confiables.

“En esta nueva etapa en que consideramos imprescindible implementar reformas estructurales, estamos dispuestos a profundizar los vínculos con las provincias que comparten el espíritu de cambio”, sostuvo Francos.
La decisión llega tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo sufrió un fuerte golpe político. En paralelo, persisten tensiones internas en el PJ, con reclamos de La Cámpora y debates sobre el rumbo hacia las elecciones de octubre.
El Gobierno intenta relanzar la campaña nacional, pero aún no logra ordenar su interna. La estrategia de Milei combina el armado institucional —con la Mesa Federal y el ascenso de Catalán— con un mensaje de confrontación: mantiene firme la idea de vetar la ley de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), un punto sensible para muchas provincias.
Catalán, el hombre de confianza para el Interior
Lisandro Catalán se convierte así en una figura clave para la administración libertaria. Su perfil técnico y su experiencia en la negociación con gobernadores lo colocan en el centro de una etapa decisiva para Milei, donde el desafío será construir gobernabilidad sin ceder terreno en su núcleo ideológico.