Una devastadora serie de inundaciones azotó el centro de Texas durante el fin de semana largo del 4 de julio, dejando un saldo trágico: al menos 104 personas fallecidas, entre ellas 28 menores de edad. El área más golpeada fue el condado de Kerr, en plena región de Texas Hill Country, donde el río Guadalupe creció seis metros en apenas dos horas, desatando el caos.
Los equipos de emergencia —más de un centenar— trabajan contrarreloj desde el viernes para rescatar sobrevivientes y recuperar cuerpos. Hasta el lunes por la noche, más de 850 personas habían sido rescatadas por aire, tierra y agua. Sin embargo, al menos 10 niñas y un consejero de campamento continúan desaparecidos, muchos de ellos asistentes al Campamento Mystic, un popular centro de verano a orillas del desbordado río.
Tragedia en el Campamento Mystic
Entre las víctimas fatales confirmadas se encuentra Dick Eastland, histórico director del Campamento Mystic, quien fue arrastrado por la corriente mientras intentaba salvar a un grupo de niñas. Las menores, de entre 8 y 12 años, estaban participando de actividades recreativas cuando la inundación arrasó con la zona.
El relato de los rescatistas es estremecedor: algunos tuvieron que ingresar a caballo por zonas donde el agua impedía el acceso de vehículos. En helicópteros, camiones militares y botes, los socorristas sacaban a niños empapados y aterrados, en un operativo sin descanso.

El agua subió más de 9 metros en una hora y media
El Servicio Meteorológico Nacional había emitido alertas de inundación desde el jueves por la tarde, pero el avance del agua fue más rápido de lo previsto. A las 4:00 a.m. del viernes, se emitió una advertencia crítica: “Situación especialmente peligrosa”. Noventa minutos después, el río Guadalupe se había elevado de un metro a casi diez, desbordando las zonas aledañas y arrasando con viviendas, caminos y campamentos.
Emergencia nacional y visita presidencial
El presidente Donald Trump firmó el domingo una declaración de desastre mayor, lo que permitirá el envío inmediato de ayuda federal a las zonas afectadas. Está previsto que visite Texas este viernes, aunque la Casa Blanca aclaró que coordinarán el viaje para no entorpecer las tareas de rescate y limpieza.
Por su parte, autoridades locales informaron que se ha iniciado el proceso de recuperación, con limpieza de escombros, reapertura de rutas y atención psicológica para las víctimas. 22 adultos y 10 niñas aún no fueron identificados formalmente.
El impacto de la tragedia ha conmocionado a todo el país. Las imágenes de campistas arrastrados por el agua, familias buscando a sus hijos y rescatistas exhaustos se han viralizado en redes y canales de noticias.
Texas vive una de las peores catástrofes climáticas de su historia reciente. Y mientras el agua comienza a retroceder, el dolor y la incertidumbre crecen en las comunidades arrasadas por una naturaleza desatada.
Con información de The New York Times