Ciudad del Vaticano – En una jornada colmada de emoción, respeto y silencio devoto, los restos mortales del Papa Francisco fueron trasladados el miércoles a la Basílica de San Pedro, donde reposarán hasta el sábado 26, día en que se celebrará la Misa de Exequias presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.
El rito de traslado comenzó en la capilla de la Casa Santa Marta, donde el Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, el cardenal Kevin Farrell, presidió una breve pero sentida liturgia en memoria del Pontífice argentino. Durante la oración, Farrell agradeció al Señor por los 12 años de ministerio petrino de Jorge Mario Bergoglio y elevó súplicas para que “el difunto Papa goce del descanso eterno y la Iglesia sea consolada en la esperanza”.

La procesión del féretro avanzó solemnemente por la Plaza de Santa Marta, cruzó el Arco de las Campanas y se dirigió a la imponente Plaza de San Pedro, en medio del aplauso sostenido de más de 20.000 personas que se congregaron para despedir a quien supo conquistar al mundo con su humildad y su prédica por la paz y la fraternidad.
Una vez dentro de la Basílica, el ataúd fue colocado frente al Altar de la Confesión. El coro vaticano entonó las Letanías de los Santos en latín, mientras los cardenales presentes, más de sesenta, encabezaban el tributo eclesiástico. Luego se leyó un pasaje del Evangelio de Juan, y el rito concluyó con el canto de la Salve Regina, símbolo de la devoción mariana que Francisco siempre profesó.
El ingreso de fieles a la Basílica, habilitado desde el miércoles, continúa este jueves de 7 a 24 horas, y el viernes de 7 a 19. Se espera una multitud de peregrinos provenientes de todo el mundo que, en silencio y oración, deseen rendirle homenaje.

El funeral oficial se celebrará el sábado 26 de abril a las 10 de la mañana, en lo que será la primera jornada de los Novendiales, el período de nueve días de luto y oración por el alma del Papa fallecido. Será un momento histórico, no solo para la Iglesia, sino para el pueblo argentino, que despide al primer Papa nacido en su tierra.
Mientras tanto, la Basílica de San Pedro se convirtió en el epicentro del dolor, la fe y la gratitud.
Con información y fotos de Vatican News