En un día histórico para la justicia y la naturaleza, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se declaró competente en la causa que busca frenar el desmonte en el territorio hábitat del yaguareté, y que involucra a las provincias de Chaco, Salta, Santiago del Estero y Formosa, así como al Estado Nacional y a la Administración de Parques Nacionales.
En 2019 Greenpeace había presentado ante el máximo tribunal un amparo en representación de los últimos 20 yaguaretés que habitan el Gran Chaco, para que se detenga el avance de la deforestación en esas provincias.
Al respecto, Diego Salas, director de programas de la organización, declaró: “Es un importante avance en una causa fundamental. Remitiremos a la Corte Suprema más información sobre cómo se viola la Ley de Bosques en las cuatro provincias demandadas y esperamos una pronta resolución del caso, ya que minuto a minuto las topadoras arrasan con el hábitat de los últimos yaguareté del Gran Chaco argentino”
De acuerdo a datos oficiales en la Argentina se desmontan aproximadamente 200 mil hectáreas al año, el 75% en las provincias demandadas.
Especialistas estiman que el área núcleo del yaguareté se contrajo 82.400 km2 entre 1985 y 2013 a medida que la pérdida de hábitat y el riesgo de caza se expandieron sobre el Gran Chaco. Considerando que toda la región chaqueña era un hábitat adecuado hasta el siglo 18, los jaguares perdieron el 77% de las áreas núcleo para 1985 y el 85% para 2013.
En el marco del amparo judicial en representación de los 20 yaguaretés que se estiman sobreviven en el Gran Chaco Argentino, Greenpeace fue convocada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación a participar de una audiencia pública, a realizarse este año 2022. La misma tiene como objeto la “Preservación de especies en peligro de extinción y actividad económica – Yaguareté. En el marco de lo previsto por el artículo 41 de la Constitución Nacional, se plantea la necesidad de resolver un pedido tendiente a la preservación del hábitat de especies en peligro de extinción, junto con la suspensión de la explotación productiva en la zona involucrada”.
Por este motivo, el amparo presentado por Greenpeace solicita que se garantice “Deforestación Cero” en los territorios del yaguareté y se implemente un Plan de Manejo de la especie, como lo dispone la Ley Nacional Nº 25.463 que lo declara Monumento Natural Nacional.
A su vez, se presentó una medida cautelar reclamando la suspensión de los desmontes en las cuatro provincias, hasta tanto el máximo tribunal resuelva el reclamo de fondo.
La demanda de Greenpeace destaca la responsabilidad de los gobiernos provinciales en la violación de la Ley Bosques, mediante:
a) la realización de recategorizaciones prediales para autorizar desmontes en bosques protegidos (Salta y Chaco);
b) la autorización de desmontes selectivos para ganadería intensiva donde no está permitido (Santiago del Estero y Chaco); y
c) la elaboración de un Ordenamiento Territorial que permite desmontar en el 75% de sus bosques (Formosa).
Todo esto provoca la degradación, deforestación y fragmentación del territorio de los menos de 20 yaguaretés que los científicos estiman que quedan en el Gran Chaco Argentino, poniendo en serio riesgo su supervivencia.
El yaguareté
El yaguareté (Panthera onca) es el felino más grande de América, y el tercero del mundo, luego del tigre asiático (Panthera tigris) y del león (Panthera leo).
Mide entre 150 y 180 cm de largo, a lo que hay que agregarle los 70 a 90 cm que mide su cola. Alcanza una altura de entre 65 a 80 cm y su peso habitualmente ronda los 70 a 90 kg, llegando en ocasiones hasta los 135 kg. Es el predador más importante (puede recorrer diariamente hasta 11 Km), por lo que se alimenta de casi cualquier especie que habite en su territorio, como tapires, pecaríes, corzuelas, carpinchos, yacarés, armadillos, serpientes, tortugas, aves y monos.
Para poder alimentarse y reproducirse los jaguares de la región dependen de territorios de bosques continuos muy grandes (como mínimo 40 mil hectáreas).
El yaguareté se distribuía desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de la Patagonia Argentina, a lo largo de casi todos los ambientes con excepción de las regiones extremadamente áridas o de mayores altitudes.
Hoy ya no es tan sencillo encontrar al yaguareté: prácticamente ha desaparecido de sus extremos norte y sur, como también en la mayor parte de las áreas densamente pobladas, y muchas de sus poblaciones se encuentran seriamente amenazadas.
Los científicos estiman que los jaguares ocupan menos del 50% de su distribución original, y en Argentina este proceso de retracción fue el más extremo, en donde en los últimos dos siglos quedó recluido a un 5% de la superficie original.
La población de Yaguareté perteneciente a la ecorregión del Gran Chaco argentino es la que está en mayor estado crítico del país.