En medio de la crisis política desatada el miércoles por la presentación de renuncias de los ministros kirchneristas del gabinete nacional, el presidente habló con medios afines y tuiteó un claro mensaje dirigido a su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner.
“Ella me conoce, sabe que por las buenas a mí me sacan cualquier cosa. Con presiones, no me van a obligar”. Igualmente sobre el mediodía, el primer mandatario se despachó con un hilo de varios mensajes en Twitter, la red social preferida para comunicar del presidente.
“He oído a mi pueblo. La altisonancia y la prepotencia no anidan en mí. La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido. Lo haré llamando siempre al encuentro entre los argentinos” abrió Fernández.
Pero en el contexto de ayer, resuena su prerrogativa para mantener la unidad. Hasta ahora no aceptó ninguna de las renuncias y arengó: “Mientras lo haga seguiré garantizando la unidad del Frente de Todos a partir del respeto que nos debemos. Es tiempo de que nuestra única obsesión sea promover la prosperidad de los hombres y mujeres de nuestra Patria.”
El presidente confirmó en diálogo con el diario porteño Página 12 lo que muchos dicen: “Lo charlamos, acordamos nombres. Eso sigue en pie” actualiza AF. “No entiendo para qué se apuraron”. Y confirma lo que Cristina le hizo saber al ministro de Economía por celular. “Jamás me pidió la renuncia de Martín Guzmán”.
Lo positivo, en términos políticos es el apoyo que cosechó el presidente, según los más optimista el fin último de la operación ministros de Cristina: gobernadores, intendentes, sindicalistas y hasta parte del arco opositor se alinearon detrás de la necesidad de apoyar a Alberto. En algunos casos por ética democrática, en otros por olfato de poder, y en algunos no pocos, por temor a la vuelta de Cristina a la presidencia.
“Me llamaron todos los gobernadores. Me decían que les aceptara las renuncias, que los sacara”, contó y agregó: “Algunos me plantean que lo raje a Wado, que es un buen ministro”. “¿Cómo me voy a desprender de (la titular de la ANSES) Fernanda Raverta, una funcionaria súper laburadora y eficiente?”.
Por lo pronto, las miradas salieron de la oposición y se centraron en el oficialismo, lógica semiótica de no poca trascendencia. La agenda volvió a manos del peronismo-kirchnerismo y en el río revuelto, se empiezan a ver los pescadores que ganaron.