El justicialismo libreño no escapó a la humillante derrota sufrida por el partido en toda provincia y mostró números bajísimos a pesar de ser oficialismo en el orden municipal. Cruces de acusaciones, pases de facturas y más, comenzaron a trascender, apenas, 24 hs. después del cierre de los comicios.
7.922 votos. Esa es la cifra que alcanzó el Frente Corrientes de Todos en nuestra ciudad. Rozó el 30% por ciento de los sufragios cuando, según encuestas propias y voces del gabinete municipal, el Intendente ayudaría a la fórmula provincial porque la gestión era “histórica”. Vale la pena señalar que el “huracán Valdés” hizo añicos cualquier atisbo de esperanza de un frente y de un partido que elección a elección se hunde cada vez más pero según estimaciones previas, en las comunas donde gobierna, el peronismo haría un papel, al menos, decoroso. No fue así.
Aunque el “tinchismo” desplegó un importante aparato territorial en base a mercadería, remisses y dádivas de todo tipo que, inclusive, se veía desde días previos a las elecciones y que se reafirmó el mismo domingo al observarse filas de vecinos en unidades básicas esperando llevarse su “bolsita”, Libres le dio la espalda contundentemente a la propuesta encabezada por Fabián Ríos. Ni siquiera alcanzó el show montado después del lamentable episodio del Diputado Provincial Miguel Arias, hecho que Ascúa se apuró en calificar de “atentado político” sin esperar a tener un solo indicio y sin siquiera aguardar el traslado de Arias hacia la capital para seguir su evolución.
Y como en toda derrota, luego de algunas horas comenzaron a aparecer los pases de factura y las acusaciones. Desde la cúpula provincial del partido del General desconfían del trabajo llevado a cabo por el “aparato” comunal, acusándolo de haber funcionado “a media máquina”. En tanto que, desde las huestes de Ascúa, iniciaron una caza de brujas notoria que incluye a empleados municipales y a funcionarios “poco comprometidos” con la gestión y con las elecciones. Además, algún miembro de la tropa sostuvo que el “Loro” Yardín no se movió como debía, olvidando quizás los años de amistad que unen a Ríos con Yardín y que motivaron un esfuerzo enorme desde el sector “lorista” en absouta inferioridad de condiciones económicas y estructurales en relación a otros tiempos.
El panorama es desolador de cara al próximo 12 de septiembre, según marcaba un veterano dirigente del PJ. El descontento con la gestión municipal, presente en todas las encuestas serias que circularon y que fueron denostadas por medios abonados a Ascúa, complica cualquier operativo de recuperación. A eso hay que sumarle la altísima intención de voto que posee “Peteco” Vischi en la ciudad y en la provincia.
Elecciones son elecciones y habrá que esperar a ver qué sucede en las próximas PASO, porque las mismas servirán de impulso final para la madre de todas las batallas, la del 14 de noviembre. Los interrogantes y las dudas están a la orden del día. Los saltos hacia los botes de emergencia desde barcos que comienzan a inclinarse, también.