Un grupo de investigación de la UNNE lleva a cabo un estudio para identificar en caninos la presencia de bacterias causantes de enfermedades hemotrópicas y que tienen a las garrapatas como vector. Los investigadores buscan conocer el impacto de este tipo de enfermedades en animales de compañía en la región, y además trabajan en el desarrollo de técnicas diagnósticas con biología molecular.
El mundo experimenta una emergencia sanitaria en cuanto a las enfermedades transmitidas por vectores como resultado de la interacción de factores medioambientales, ecológicos, sociales, económicos que facilitan la propagación de agentes infecciosos.
Las enfermedades hemotrópicas afectan animales que viven en zonas tropicales y subtropicales del mundo, debido a la presencia de vectores transmisores de los agentes, y son causadas por bacterias, parásitos y otros agentes.
Las poblaciones caninas son grandes reservorios y centinelas para las enfermedades infecciosas y zoonóticas, situación que, entre otros factores, se acrecienta por el mayor número de personas en contacto diario con animales. La distribución de estas enfermedades también es afectada por la práctica cada vez más común de las personas de viajar con mascotas, lo que facilita la redistribución tanto de vectores (garrapatas, pulgas, piojos) como de las bacterias o parásitos.
Dentro de las enfermedades hemotrópicas que afectan a los animales de compañía, se encuentran la “ehrlichiosis” y “anaplasmosis” causadas por bacterias que son transmitidas a un hospedador susceptible por ninfas y adultos de la garrapata marrón del perro.
En ese sentido, un proyecto de investigación aplicada de la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la UNNE, denominado “Enfermedades transmitidas por vectores, gamapatías mono y policlonales, identificación del agente causal en medicina veterinaria” trabaja de manera interdisciplinaria en el abordaje de estas enfermedades.
El proyecto, dirigido por la Dra. Patricia Koscinczuk y con participación de investigadores de la cátedra de Patología Médica de la Facultad de la Facultad de Ciencias Veterinarias, del Instituto de Medicina Regional y de la Facultad de Medicina de la UNNE, busca tener datos concretos sobre el impacto de estas enfermedades hemotrópicas en la región nordeste.
DETALLES DEL ESTUDIO
Para ello, los investigadores llevan a cabo estudios de identificación de bacterias en caninos, mediante extracción de sangre, complementados con la confección de una ficha clínica donde se detallan datos del paciente como ser especie, raza, edad, género, lugar de procedencia y lugar donde estuvo los últimos 3 años y los signos clínicos que presenten al momento de la toma de muestra.
Además, avanzan en el desarrollo y puesta a punto de las técnicas moleculares, tarea que se realiza en el Instituto de Medicina Regional dirigido por el Dr. Luis Merino, con la asistencia técnica de la Lic. Ailín Sotelo.
La puesta a punto y estandarización de técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) aplicadas al diagnóstico de hemoparásitos brindará una herramienta para la identificación de estas enfermedades en la región.
RELEVANCIA DEL ESTUDIO
“Creemos necesario contar con información precisa que permita estimar el grado de incidencia de estas bacterias en caninos de la región, los factores de riesgo y el rol de las garrapatas como vector” destacó la médica veterinaria Silvia Lorena Mansilla Fernández, integrante del equipo a cargo del estudio.
Respecto a las enfermedades causadas por bacterias hemotrópicas en caninos, sostuvo que para su transmisión juegan un rol clave las garrapatas, que requieren tres hospedadores para completar su ciclo biológico que incluye huevo-larva-ninfa-adulto, y para mudar de un estadio a otro debe alimentarse del mismo o distinto hospedador.
La garrapata toma contacto con las bacterias al alimentarse de la sangre de un hospedador infectado y mantiene la infección en forma “transestadial”, mientras cambia de estadio (larva, ninfa y adulto). Al alimentarse de un hospedador sano transmite el agente infeccioso adquirido previamente.
También deben considerarse cuestiones ambientales y sociales que inciden en la cadena de transmisión.
El diagnóstico definitivo de la enfermedad en los perros es un verdadero reto debido a la variedad de los síntomas de los animales clínicamente enfermos, así como el gran porcentaje de animales portadores que no presentan manifestaciones clínicas.
“Estudiar estas enfermedades implica abordar muchos aspectos, por lo cual en la investigación participan médicos veterinarios, biólogos moleculares, bacteriólogos y bioquímicos” resaltó la médica veterinaria Mansilla Fernández.
Según destacan los investigadores, una vez identificados y diagnosticados los animales infectados se podrá realizar una comparación de cuadros clínicos y encontrar semejanzas y diferencias entre los cuadros clínicos en caninos del NEA, y aportar al diseño de estrategias de manejo sanitario.
En cuanto a las estrategias de diagnóstico, la biología molecular brinda la posibilidad de llegar a un diagnóstico certero, y de allí la importancia del trabajo de los investigadores de la UNNE para la puesta a punto de técnicas PCR que optimicen la identificación de las mencionadas bacterias.
La biología molecular no es una herramienta común de los servicios diagnósticos de rutina en medicina veterinaria de animales de compañía, por lo cual el objetivo del proyecto es poder promover entre los profesionales de la región el uso de este tipo de técnicas más avanzadas.
Estiman que aportar información científica sobre el impacto de la ehrlichiosis y anaplasmosis podría además impulsar la concientización en el personal de salud y población para diagnosticar y tratar a los caninos enfermos evitando la propagación de la enfermedad, tanto entre caninos como en humanos (zoonosis).