En la intersección de avenida Chacabuco y calle Suiza, se alza una de las obras más ambiciosas del sistema sanitario provincial: el Instituto Oncológico de Corrientes, que se perfila como el mayor proyecto de salud pública del siglo XXI en la provincia. Así lo definió el gobernador Gustavo Valdés durante su última recorrida en junio, cuando afirmó que será un “polo científico-médico de alta complejidad para tratar, diagnosticar y prevenir el cáncer”.
La obra, que ya muestra un avance significativo, forma parte de una política integral para enfrentar las principales causas de muerte en la provincia: el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, responsables en conjunto del 50% de las muertes anuales en Corrientes. “Unos 8.000 correntinos mueren cada año, y el 18% de esas causas están relacionadas con cáncer”, explicó el ministro de Salud, Ricardo Cardozo.
Bautizado como Hospital “Papa Francisco”, este nuevo centro contará con equipamiento de última generación, infraestructura moderna y un equipo profesional de excelencia. La inversión inicial supera los 2.200 millones de pesos y promete marcar un antes y un después en la atención oncológica en la región.
El nuevo Instituto complementará al servicio de oncología que actualmente funciona en el Hospital Vidal, donde se mantendrán funciones claves como anatomía patológica y cirugía oncológica. El Instituto Oncológico, en tanto, se convertirá en el núcleo para tratamientos específicos como quimioterapia —con casi 30 camas— y radioterapia, con un elemento que será una innovación para el país: un acelerador helicoidal.
Este dispositivo, mucho más preciso que los aceleradores lineales convencionales, permite irradiar tumores desde múltiples ángulos mientras el paciente se desplaza dentro del equipo, disminuyendo al máximo el daño en los tejidos sanos. “Es una tecnología que potencia la efectividad y reduce los efectos secundarios, lo que puede significar menos tiempo de tratamiento y mejores resultados”, destacó Cardozo.

El cáncer, bajo la lupa de una política sanitaria estratégica
La estrategia del Gobierno provincial incluye no solo la atención de pacientes con cáncer, sino también un enfoque firme en prevención y diagnóstico precoz. El nuevo hospital contará con áreas específicas para estudios de tomografía, resonancia magnética, ecografías y mamografías. Toda esta red de servicios permitirá establecer rápidamente un plan terapéutico personalizado para cada paciente, mejorando notablemente los tiempos de respuesta.
Además, el equipo humano será clave. Muchos profesionales ya forman parte del plantel del Hospital Vidal y otros se están capacitando específicamente en el manejo del nuevo equipamiento. “Vamos a contar con consultorios externos, médicos especializados y técnicos formados para cada etapa del tratamiento”, puntualizó Cardozo.
Cardiopatías, otra prioridad sanitaria
El cáncer no es el único foco. Las enfermedades cardiovasculares —responsables de casi el 20% de las muertes— también están en el centro de la agenda. En el Hospital Escuela, se inauguraron recientemente nuevas áreas para la atención de ACV, con tecnología de punta y una red de médicos entrenados para actuar en las primeras cuatro horas, vitales para salvar vidas y reducir secuelas.
En paralelo, se ejecutan obras que incluyen la instalación de quirófanos inteligentes, con pantallas de alta definición, transmisión en tiempo real y herramientas para realizar cirugías asistidas por imagen. Estas salas también permitirán conectar los procedimientos en vivo con aulas universitarias o con otros hospitales, para capacitación médica y control de calidad.

Además, se proyecta un nuevo edificio en el Instituto de Cardiología, destinado a consultorios externos, lo que permitirá ampliar la capacidad de atención y descomprimir otras áreas. La Provincia sigue financiando con recursos propios a este centro de referencia, incluyendo el pago de sueldos, insumos, prótesis y nuevas obras de infraestructura.
Resultados que se ven en los indicadores
La evolución del sistema sanitario se monitorea con datos concretos. Según Cardozo, la tasa de mortalidad infantil bajó de 15 a menos de 10 por mil en los últimos años. “En 2001, ese índice era de 30 por mil. El descenso ha sido notable, pero aún queda mucho por hacer”, reconoció.
También disminuyeron los índices de mortalidad por cáncer y enfermedades crónicas no transmisibles. Esto se logró a partir de una política sostenida que combina inversión, equipamiento, obras, capacitación y datos epidemiológicos actualizados.
Con estas acciones, Corrientes busca transformar su sistema de salud en un modelo integral, donde el acceso, la calidad y la equidad sean los pilares fundamentales.