Un momento clave para la Iglesia Católica: 133 cardenales de 70 países buscan al nuevo líder espiritual, llamado a ser “el Papa de la comunión y la unidad”
El Vaticano vive horas decisivas. Este miércoles comienza oficialmente el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, en la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales de 70 países se reunirán bajo estrictas normas de secreto y recogimiento espiritual para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica. Se necesitan 89 votos para alcanzar el papado.
Se trata de la elección más numerosa y diversa en la historia de la Iglesia: Europa aporta 52 cardenales, América 37 (17 de Sudamérica), Asia 23, África 17 y Oceanía 4. Italia es el país con mayor representación (17 electores), mientras que por primera vez participan cardenales de Haití, Cabo Verde, Malasia, Paraguay y Sudán del Sur.
“Máxima responsabilidad humana y eclesial”
En la apertura del cónclave, el cardenal decano, Giovanni Battista Re, recordó a los electores la magnitud del momento: “Es un acto de la máxima responsabilidad humana y eclesial, una decisión de excepcional importancia”. Subrayó que los cardenales deben votar “dejando de lado cualquier consideración personal”, centrando su mente y su corazón solo en Dios y en el bien de la Iglesia y de la humanidad.
A las 11:30 (hora argentina), los purpurados ingresarán en la Capilla Sixtina tras el tradicional juramento de secreto. Desde entonces, la famosa frase “extra omnes” (“todos fuera”) marca el inicio de las deliberaciones a puerta cerrada.
El amor como fuerza transformadora
Durante la misa inicial, el Evangelio de Juan fue leído en latín, recordando las palabras de Jesús: “Permanezcan en mi amor”. El cardenal decano profundizó en el mensaje: “El amor es la única fuerza capaz de cambiar el mundo. La cualidad fundamental de los pastores es el amor hasta el don total de sí”.
Re también destacó el llamado a la “ayuda mutua y el compromiso con la comunión eclesial y la fraternidad humana universal”, pilares fundamentales que debería encarnar el nuevo Papa.
Un Papa para la comunión y la unidad
“Acrecentar la comunión” fue otro de los desafíos remarcados por el cardenal decano: comunión con Cristo, entre los obispos y con el Papa, pero también entre personas, pueblos y culturas. “La Iglesia debe ser siempre casa y escuela de comunión, abierta al diálogo y al encuentro”, afirmó.
Este cónclave se da en un contexto complejo, con desafíos globales para la Iglesia: tensiones internas, crisis de fe en algunas regiones, y la necesidad de mantener viva la esperanza y el mensaje evangélico en un mundo fragmentado.
Mientras las fumatas marquen el ritmo de las votaciones, el mundo católico espera expectante. El próximo Papa no solo será el sucesor de Pedro, sino también el llamado a ser el Papa de la comunión y la unidad, un puente de amor y fraternidad en tiempos inciertos.
Con información de Vatican News