El economista y político Javier Milei asumió la presidencia de Argentina el 10 de diciembre de 2023, marcando un hito en la historia del país al convertirse en el primer mandatario de tradición liberal-libertaria. Durante este período inicial, su gobierno estuvo marcado por controversias, reformas audaces y manifestaciones tanto a favor como en contra.
A continuación, algunos de los aspectos más destacados de los primeros 100 días de la administración de Milei:
- Discurso inaugural sorprendente: En su discurso de asunción, Milei respetó la ritualidad de la jura, pero sorprendió a todos con su enfoque directo y apasionado. Abogó por reformas radicales y una economía desregulada.
- Relaciones internacionales: Durante su mandato, Milei se reunió con líderes extranjeros, incluido el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky. Su enfoque en las relaciones internacionales fue y es pragmático y orientado a los intereses nacionales.
- Economía y desregulación: Uno de los pilares de su gobierno es la promoción de la desregulación económica. El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, anunció la primera ola de desregulaciones y un salto devaluatorio del 110% en los primeros días de su mandato.
- Enfrentamientos con la oposición: Milei ha tenido choques con la oposición y los sindicatos, teniendo que soportar contantes paros y protestas piqueteras mientras que, algunos gobernadores se expresaron en contra y otros preocupados por las políticas económicas radicales.
- Visión de la casta política: Milei, en consonancia con lo propuesto en campaña, mantuvo una postura crítica hacia la “casta” política y aplicó medidas tendientes a terminar con la corrupción.
- Desastres naturales y respuesta gubernamental: El presidente viajó a áreas afectadas por tormentas y derrumbes, demostrando su compromiso con la gestión de crisis.
En definitiva, los primeros 100 días de Javier Milei fueron sido intensos y polémicos, con un fuerte enfoque en la desregulación económica y con un estilo directo, decidido y transparente, que marca un antes y un después en la política argentina. Sin embargo, la polarización y las manifestaciones continúan siendo una constante en su gobierno.