Así lo anunció el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien dio a conocer la decisión del presidente Javier Milei y advirtió que continuarán desmantelando otras oficinas del Estado que “no sirven absolutamente para nada”.
Tal como lo había anticipado en campaña, Javier Milei tomó la polémica decisión de decretar el cierre definitivo del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). La medida, que se oficializó mediante un decreto publicado en el Boletín Oficial, se fundamenta en la necesidad de “reorganizar el Estado” y “optimizar recursos”.
Organizaciones sociales, referentes de la lucha por los derechos humanos y sectores de la oposición han expresado su repudio a la decisión, considerándola un retroceso en materia de políticas públicas contra la discriminación. Argumentan que el INADI cumplía un rol fundamental en la promoción de la igualdad y la no discriminación, brindando asistencia y acompañamiento a las víctimas de actos discriminatorios.
Por otro lado, desde el oficialismo se argumenta que las funciones del INADI serán absorbidas por otros organismos del Estado, como la Secretaría de Derechos Humanos, y que se creará un nuevo Consejo Federal para la Lucha contra la Discriminación.
Esta medida fue tomada porque consideran que el INADI se convirtió en un organismo “burocrático e ineficiente”, que no ha logrado cumplir con sus objetivos. Señalan que la discriminación es un problema complejo, que no puede ser abordado por un solo organismo, por lo tanto, las funciones del miemo serán absorbidas por otras áreas del Estado.