Pase de comedia en la transición. Una aparente conferencia de prensa conjunta duró nada. El saliente ministro de Producción quedó hablando solo.
(https://www.letrap.com.ar) Rarísimo. El superministro Sergio Massa montó este viernes 29, una escena de transición ordenada con su enemigo íntimo que concitó la atención de la prensa para una conferencia conjunta que duró menos de un minuto.
El nuevo hombre fuerte del Gobierno se presentó con el renunciante ante las cámaras, le agradeció la cortesía, le dio un abrazo, inmediatamente otro abrazo con beso más sonoro por si el primero no hubiera alcanzado y se fue. “Los dejo con Daniel”, dijo y partió.
Antes, el designado ministro de Economía, Producción, Agricultura, Ganadería y Pesca se había reunido con el flamante dos veces embajador en Brasil para hacer el traspaso de la cartera que el exgobernador bonaerense, rival de Massa en la interna peronista, condujo por 43 dias.
LA ESTRATEGIA DE MASSA QUE RECUERDA A BILARDO
Antes, el todavía presidente de la Cámara de Diputados, rompió el silencio con una táctica muy propia del bilardismo, que tiene como una de sus reglas de oro jamás ponerse el traje de candidato, de banca. Es una manera de sacarse presión de encima.
Tras la reunión que mantuvo con el presidente Alberto Fernández en Olivos, negó ser el “salvador” de la patria y aseguró que trabajará “con alma y vida” para lograr las soluciones que el país necesita, en tanto evitó definiciones sobre la confirmación de su equipo y prometió que el miércoles anunciará medidas.
“No soy ningún salvador. La política no necesita salvadores, sino servidores. Y no lo soy porque los problemas económicos de Argentina no se resuelven con una persona. Se resuelven con trabajo en equipo. Voy a trabajar con alma y vida, sin prejuicios, y dispuesto a hablar con todos los sectores políticos, económicos y sociales de la Argentina para contribuir al orden, la certidumbre y el crecimiento”, sostuvo a través de su cuenta de Twitter.