Las mayores regulaciones no sorprendieron -ni sorprenderán si en el futuro inmediato se tomaran algunas adicionales en caso de que éstas tampoco alcanzan- por una sencilla razón: a este paso de pérdidas de reservas, el Banco Central se vería obligado a convalidar una devaluación, probablemente antes de las elecciones de noviembre.
La decisión se tomó, justamente, luego de una jornada muy complicada en el mercado cambiario. El Banco Central tuvo que intervenir con ventas por unos u$s100 millones en el mercado “oficial”. A los que se sumaron entre u$s40 millones y u$s50 millones que vendió en el “CCL oficial”, intervenido por la autoridad monetaria para que la cotización del dólar CCL no saltara por encima de los $176.
De acuerdo a distintas estimaciones de consultoras privadas, las reservas netas del BCRA alcanzan a tan sólo u$s5.000 millones. Está claro que este ritmo de ventas es insostenible.
Hacia adelante hay dos escenarios posibles: o cambia la expectativa del mercado en base a medidas que den previsibilidad sobre el futuro de la macroeconomía. Una definición creíble del rumbo hacia adelante, en el marco de un acuerdo con el FMI. O se desencadena una nueva crisis cambiaria.
Las tres alarmas que sonaron en el BCRA
En el Gobierno están convencidos de tres cosas: que, efectivamente, el ensanchamiento de la brecha entre el dólar “CCL oficial” y las cotizaciones “libres” (CCL y Senebi) potenció la ola dolarizadora dándole forma a un “rulo” que le hacía ganar cerca de $20 por dólar a quien la hiciera.
Lo segundo es que hubo una presión dolarizadora de parte del fondo de inversión Templeton, que tiene bonos en pesos y que en las últimas semanas aceleró su salida del país, convirtiendo esos títulos en dólares fuera del país.
La estimación extraoficial es que entre Templeton y PIMCO poseen todavía bonos en pesos -suscriptos durante el gobierno anterior- por el equivalente a unos u$s1.300 millones.
Y, la tercera cuestión, refirió al adelanto del cobro de importaciones por parte de compañías apuradas por hacerse de las divisas, aun antes de ingresar al país los productos comprados afuera. “El BCRA detectó que se vienen registrando desde el mes de junio pagos por un valor superior al despacho de mercadería a plaza”, se informó oficialmente.
Desde junio hasta septiembre, la diferencia entre lo pagado y lo efectivamente ingresado en importaciones ascendió a u$s1.800 millones. De acuerdo a consultoras privadas, las reservas netas del BCRA alcanzan a tan sólo u$s5.000 millones
Los números
Con el correr de las semanas, las intervenciones del Banco Central en el mercado alternativo del dólar pasaron de ser puntuales y mínimas, de no más de u$s6 millones diarios hace un par de meses, a un volumen más grande en las últimas dos semanas.
“Entre enero y junio, el BCRA gastó en promedio u$s6 millones diarios para contener la brecha, mientras que en entre julio y agosto, ese monto aumentó a u$s15 millones diarios”, dice el informe del ex viceministro de Economía.
En las últimas semanas, esas intervenciones se potenciaron en forma notable. La estimación es que durante septiembre, el promedio de ventas oficiales anduvo por los u$s20 millones a u$s25 millones diarios.
La conclusión de Álvarez Agis hizo sonar todas las alarmas, inclusive entre actuales funcionarios del Gobierno, que no participan de las decisiones financieras pero siguen a diario los movimientos cambiarios.
“El Gobierno está encerrado en su propio laberinto en el cual la incertidumbre se refleja en un incremento de la brecha cambiaria y la reducción de la demanda de activos en pesos afectando el balance cambiario y el financiamiento del Tesoro. Bajo esta dinámica, el Gobierno podría enfrentar una crisis cambiaria incluso antes de las elecciones, sobre todo en el mercado paralelo”, escribió el economista en el informe de la semana pasada.
Fuente: iprofesional.com