Un centenar de rescatistas lucha día y noche en la mina subterránea más grande del mundo. A horas de cumplirse el plazo crítico de 48 horas, aún no hay contacto con los trabajadores.
Mientras la angustia crece al pie de la cordillera de los Andes, un operativo de alto riesgo avanza sin descanso en la mina El Teniente, a 120 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Allí, cinco mineros permanecen atrapados desde el jueves, tras un derrumbe provocado por un sismo de magnitud 4,2 registrado a 500 metros de profundidad. A pocas horas de cumplirse las 48 horas críticas señaladas por la estatal Codelco, aún no se logró establecer contacto con ellos.
El presidente ejecutivo de Codelco, Rubén Alvarado, confirmó que los rescatistas avanzaron cerca de cuatro metros de los veinte que deben remover para llegar a los trabajadores: “Estamos experimentando una baja en la sismicidad, lo que nos permite trabajar de manera más fluida”, explicó en conferencia de prensa en la medianoche del viernes.
Los atrapados son operarios de la subcontratista Gardilcic. La esperanza está puesta en la tecnología: los trabajadores llevan dispositivos de geolocalización que permitieron ubicar con precisión el punto del derrumbe. Sin embargo, al no haber contacto directo, se desconoce su estado de salud.
El recuerdo del milagro de 2010 y un operativo sin descanso
Entre los brigadistas que trabajan en la zona hay veteranos del emblemático rescate de los 33 mineros de Atacama en 2010, lo que suma experiencia a una situación extremadamente delicada. Según informó Codelco, ya se han removido 300 de las 5.000 toneladas de roca que bloquean el túnel. El operativo, que se realiza con maquinaria teledirigida y sensores sísmicos, se desarrolla en condiciones complejas: el sismo dañó severamente al menos 300 metros del túnel y dejó otros 400 metros con daños moderados.
Además de los cinco trabajadores atrapados, el deslizamiento se cobró la vida de Paulo Marín, empleado de otra contratista, y dejó nueve heridos que fueron evacuados y se encuentran fuera de peligro.
Mientras la Fiscalía regional de O’Higgins abrió una investigación para determinar el origen del sismo —que podría estar vinculado a la actividad minera o a fenómenos tectónicos—, los sindicatos apuntan a una posible negligencia. Desde Codelco, en cambio, piden cautela: “No es momento de buscar culpables, sino de concentrarse en el rescate”, subrayaron.
El accidente es el más grave registrado en El Teniente en más de tres décadas. En 1990, seis mineros fallecieron en un incidente similar. Con más de 4.500 kilómetros de túneles —una distancia comparable al trayecto entre Madrid y Moscú—, esta mina tiene una red de 150 sensores sísmicos que monitorean constantemente el yacimiento. A pesar de esta infraestructura, la tragedia golpeó de lleno.
Con información de EFE