Loos ataques coordinados y con múltiples blancos por tierra, mar y aire que ha lanzado el Movimiento terrorista Hamás, ha encontrado a Israel con la guardia baja y es un punto de inflexión en el conflicto palestino-israelí similar al shock que supuso hace cincuenta años la Guerra del Yom Kipur (1973).
«Es el 11 de septiembre (para Israel), y si no concluye en una operación terrestre de envergadura, será el final de la vida política del actual Gobierno», resume el analista sobre política en Oriente Medio Avi Issacharoff, al medio The Times of Israel.
Y es que las escenas de los ataques de comandos de las Brigadas Al Qasam, brazo armado de Hamás, en las poblaciones israelíes aledañas a la franja palestina se han tornado en una pesadilla nacional.
Los vídeos que circulan en las redes sociales en los que aparecen militares y civiles capturados, mujeres con hijos y adolescentes en la franja de Gaza, muchos de ellos con signos de violencia, están provocando un impacto devastador en la retina de muchos israelíes que nunca han conocido una situación igual.
Nunca antes se había llevado a cabo un ataque coordinado con semejante escala
Ataque sin precedente
Israel había conocido secuestros, como la captura en 2006 del soldado Gilad Shalti, liberado cinco años después en un canje por más de un millar de presos palestinos. Entretanto, siguen en paradero desconocido en Gaza los civiles Avera Mengistu e Hisham al-Sayed, y los cuerpos de dos soldados Oron Shaul y Hadar Goldin, muertos en 2014.
Este tipo de operativo no era algo para lo que el Gobierno israelí estuviera preparado claramente
Los analistas advierten que este tipo de operativo no era algo para lo que el Gobierno israelí estuviera preparado claramente.
Incluso las andanadas de misiles disparados desde la franja (más de 5.000 hasta primera hora de la tarde) superan con creces escenarios bélicos pasados. Las baterías antimisiles del sistema Cúpula de Hierro han interceptado gran parte de los proyectiles, pero no pueden hacer nada para impedir las incursiones a través de parapentes eléctricos, según imágenes difundidas por las propias Brigadas Al Qasam.
Al menos tres poblaciones cercanas a Gaza han sido controladas por Hamás y la principal preocupación de las fuerzas de seguridad es liberarlas y salvar a los civiles, encerrados en sus casas o amenazados por secuestradores.
Mujeres y niños de corta edad secuestrados y trasladados a Gaza por sus captores nunca habían ocurrido
Las imágenes de mujeres y niños de corta edad secuestrados y trasladados a Gaza por sus captores nunca habían ocurrido. Por ello, el impacto es colosal.
Issacharoff recalca que lo ocurrido este 7 de octubre es un punto de inflexión en las relaciones entre Israel y Hamás, tan significativo como la caída de las Torres Gemelas para Estados Unidos, y todo lo que ello conlleva como respuesta.
«Todo el mundo sabe que Gaza va a pagar un precio muy alto», adelanta el analista quien aventura que el ataque coordinado podría incluso amenazar con el colapso de Hamás.
Como él, otros analistas coinciden en que cualquier política de cooperación o incluso negociación, aún mediante canales indirectos (Hamás no reconoce a Israel y este país lo considera organización terrorista), podría «no ser relevante ya». Ni que decir tiene algún tipo de diálogo para una tregua o un compromiso a largo plazo.
¿Por qué ahora?
La pregunta de por qué Hamás ha lanzado el ataque en estos momentos puede no tener una respuesta unívoca, pero expertos en movimientos de resistencia y seguridad suelen apuntar a la oportunidad y la capacidad de las milicias para llevar a cabo este tipo de ataques.
Las milicias palestinas han encontrado al Ejecutivo israelí más pendiente de sus problemas internos y su supervivencia
Por un lado, las milicias palestinas han encontrado al Ejecutivo israelí más pendiente de sus problemas internos y su supervivencia, no olvidemos que desde finales de 2022 la población vive dividida en torno a la reforma del sistema judicial y lo que supone para la supervivencia de la democracia del Estado judío.
Manifestaciones sin precedentes han sacado a las calles a miles de israelíes de todos los ámbitos que por primera vez en mucho tiempo han contestado al primer ministro electo en noviembre, Benjamín Netanyahu, imputado en varios casos de corrupción por pretender modificar con una serie de reformas judiciales el papel del Tribunal Supremo.
Por otra parte, el Gobierno israelí está conformado por ministros del ala más radical del nacionalismo fundamentalista judío, con escasa experiencia en materia de seguridad y que han aplaudido si no instigado actos violentos cometidos por colonos judíos contra palestinos.
La oportunidad ha tenido lugar, como suele suceder en situaciones del repunte del conflicto durante la jornada sabática, al concluir un período de festividades (Rosh Hashaná, el año nuevo judío; Kipur, la jornada más sagrada del judaísmo; y Sucot, la fiesta de los Tabernáculos que hoy toca a su fin con Simjat Torá).
Capacidad y táctica sofisticada
La capacidad y táctica de las milicias palestinas cada vez es más sofisticada desde la segunda década de este siglo, con los auspicios y colaboración de Irán, pero también con el conocimiento adquirido por Hamás para ensamblar misiles y desarrollar otro tipo de armamento como drones, globos aerostáticos portadores de explosivos, y ampliar y conservar su arsenal.
Hamás se ha enfrentado a Israel durante décadas. A lo largo de la Segunda Intifada (2000-2005) el grupo comenzó a mejorar sus capacidades, y tras la evacuación israelí de los 8.000 colonos en 2006 comenzó a lanzar, al principio, rudimentarios cohetes y proyectiles de mortero contra las comunidades aledañas a la franja.
Pero en 2009 un nuevo conflicto armado dio pistas de lo que estaba por venir, recuerda el analista político Seth J. Frantzman, en el Jerusalem Post.
Hamás se benefició de la Primavera Árabe y del caos en Libia y el Sinaí, para importar más armamento
Hamás se benefició de la Primavera Árabe y del caos en Libia y el Sinaí, para importar más armamento y amplió su arsenal. En 2012 sus milicias ya disparaban contra importantes urbes como Tel Aviv y Jerusalén. La siguiente ronda bélica de 2014 fue un punto de no retorno y fuentes militares calculaban que por entonces disponía de un arsenal de 10.000 cohetes y más de una treintena de túneles subterráneos cavados desde los que se abastecía de partes para ensamblar posteriormente.
Tras esa contienda la estrategia de incursiones terrestres finalizó y el Ejército israelí se enfocó en las operaciones aéreas y principalmente contra objetivos de la facción armada Yihad Islámica.
Hoy Hamás ha vuelto a dar un golpe en la mesa, que el comandante de sus Brigadas Al Qasam, Mohamed Deif, ha bautizado como una «revolución» en un intento de retornar al proyecto de establecer un estado y defender (la mezquita de) Al Aqsa, tercera en la jerarquía del Islam.
En el tablero geopolítico aún se desconoce si el momento elegido guarda relación con el acercamiento de Israel a varios países árabes, especialmente Arabia Saudí, otrora contrapeso de Irán en la región y con el que recientemente ha entablado una relación gracias a los oficios de China
Fuente: eldebate.com