En la noche del 6 al 7 de julio, siete jóvenes violaron en grupo a otra joven de 19 años en Palermo, Italia. Ella denunció que quedó con uno de los chicos, del que era amiga desde hace años. Una vez allí, fueron apareciendo los demás. La llevaron a beber y fumaron marihuana. “Durante el trayecto comprendí que Angelo tenía malas intenciones y le dije: “¿Pero quieres que me quede a solas con estos? ¿Pero estás loco?””, cuenta la joven.
Después, la llevaron a un lugar apartado cerca del paseo marítimo Foro Itálico de Palermo y se turnaron para violarla. Las escenas de violencia fueron filmadas con un teléfono por uno de los chicos, el que conocía a la víctima desde hacía años y que gracias a su relación logró convencerla de irse con él y el grupo de amigos.
Todos los responsables de la violación fueron detenidos: tres inmediatamente después del abuso y los otros cuatro la noche siguiente. Entre los sospechosos también hay un menor de edad. Fue la propia víctima quien denunció la agresión.
Tras la violencia, pidió ayuda a dos transeúntes que llamaron por teléfono a su novio. La joven fue llevada a urgencias y, primero a los médicos y luego a los investigadores, contó que había quedado con un conocido y sus amigos, que habían bebido y fumado juntos (uno de los jóvenes de la manada le habría dicho al camarero “emborracharla y luego nos lo pensamos”) y luego que la habían llevado a un lugar aislado.
Después de describir detalladamente la violencia sufrida, la chica recordó lo siguiente: “Angelo (nombre del amigo) no me tocó, a diferencia de los demás, sino que se limitó a filmar la escena con su teléfono móvil. Justo antes de llamar a mi novio, cuando me desplomé en el suelo, escuché que uno de mis atacantes le pidió a Angelo que compartiera el video con él y él respondió que ya lo había borrado. Seguramente se deshizo de él porque tenía miedo de ver mi estado, tanto que le oí comentar: “Esto es una violación masiva””.
Pero no fue así. Los carabinieri encontraron los vídeos con pruebas de los abusos en el domicilio de dos de los detenidos. Una pista más que ha incriminado a los responsables identificados en parte gracias a la historia de la joven y también gracias a las investigaciones realizadas a través de las redes sociales que han permitido reconstruir las relaciones que unían a los siete.
Sin saber que estaban siendo interceptados, después de la detención de los tres primeros, dos de los sospechosos, riéndose y esperando que los carabineros los detuvieran, comentaron: ” Colega , vamos, acabaremos en las noticias”. De las interceptaciones y vídeos también se desprende que la víctima gritó “basta” pidiendo a los chicos que se detuvieran. La chica luego contó otros detalles sobre la agresión: “Les rogué que terminaran con esto, pero hasta los transeúntes me ignoraban”.
“Éramos cien perros a por un gato”
Durante las primeras acusaciones, lo negaron todo. Dijeron que ella estaba de acuerdo, que no era la primera vez que lo hacía. De hecho, declararon que fue ella la que urdió el plan. Ahora, los vídeos que grabaron mientras cometían la violación lo dejan claro.
Al día siguiente, en un mensaje descubierto por los carabinieri, fue Angelo quien continuó la historia: “Cuando lo pienso, me da asco, porque éramos cien perros a por un gato. Solo he visto algo así en pornografía, éramos demasiados y la verdad me dio un poco de asco. Pero ¿qué hago? La carne es carne, pero te juro que después de que ella se sintiese mal, se agachó en el suelo, llamó a una ambulancia, la dejamos ahí y se fue”.
En las primeras interrogaciones, dos de los siete jóvenes cuentan que: “Le hice daño, ella no quiso, dijo “no, para”. Los puñetazos que le dieron e incluso las bofetadas… no respiraba”. Y otra vez: “Ella no quiso, dijo que no, basta”. Pero eso no es lo que más les preocupa, sino que temen acabar “en la misma celda” y “terminar en las noticias”. “Mejor escaparse a México o a Tailandia”, añaden desafiantes. Tras las primeras detenciones, la víctima recibió varias amenazas: querían hacerla callar, pero ha hablado.
Se acusan unos a otros
La sonrisa ha dado paso a las lágrimas, la seguridad a la angustia. Actuaron en manada, pero ahora se acusan unos a otros. Y frente al juez, después de los primeros días en prisión , lejos de familias dispuestas a defenderlos, rompieron a llorar demostrando que tienen claro en qué problema se encuentran. Sin embargo, hacia la víctima, la joven de 19 años que los acusa de violación, solo unos pocos mencionan un arrepentimiento que, en cualquier caso, no parece auténtico.
Las redes sociales se han hecho eco del estupor de la sociedad italiana, ‘influencers’ como Chiara Ferragni han compartido varias publicaciones en repulsa por lo sucedido.
Preocupación entre la sociedad italiana
La situación en Italia con los diferentes tipos de violencias contra la mujer es preocupante. Hace tan solo unas semanas saltaba la noticia sobre la absolución del conserje de un instituto que manoseó por debajo de la falda a una alumna de 17 años de la denuncia por abuso sexual de una alumna. El juez no vio que el acto fuera constituyente de delito porque duró menos de 10 segundos.
Además, según el Ministerio de la Salud en Italia, el 31,5% de las mujeres dicen haber sufrido violencia sexual a lo largo de su vida. En 2022, 5991 mujeres fueron victimas de violencia sexual en Italia, y el número de mujeres asesinadas por violencia de género asciende a un alarmante número: 125.
Fuente: amp.antena3.com