El monitoreo resulta clave a la hora de medir el éxito de los proyectos de rewilding. Gracias a este trabajo podemos chequear el estado general de los animales liberados, además de ver si se están reproduciendo o si se formaron nuevas parejas, si están encontrando comida por sus propios medios, entre muchas otras cosas”, explicaron desde la Fundación.
Los monitoreadores son los responsables de este trabajo, para el cual utilizan tecnología GPS y VHF (por eso muchos individuos tienen collares, para que los monitoreadores los detecten con un receptor y puedan ir a verlos), y también se utilizan cámaras trampa. “En Iberá tenemos instaladas casi 200 cámaras trampa, que nos dan ojos para saber qué está pasando en los sitios de reintroducción las 24hs del díaW”, detallan.
En el Portal Yerbalito, “donde estamos reintroduciendo Muitú, Pecarí de collar, Oso hormiguero gigante y Guacamayo rojo— las cámaras trampa además de darnos información de las especies reintroducidas, nos permiten ver la intimidad de la naturaleza silvestre que vive en el monte más grande de Iberá”, señalan desde Rewilding.