Por Corrientes al Día
La planta TICCIM, ubicada en Mocoretá, concretó un acontecimiento histórico para la citricultura regional al enviar su primer contenedor de jugo concentrado de mandarina Okitsu al puerto de Osaka, Japón, uno de los mercados más exigentes y regulados del mundo. El logro es fruto de meses de auditorías, análisis de laboratorio y un trabajo coordinado entre sus 60 socios, que aceptaron el desafío de cumplir estándares internacionales de máxima rigurosidad.
Exportar a Japón no es un paso menor. Ese país aplica un sistema de control basado en “tabla negativa”, donde cualquier residuo de pesticida no listado está prohibido. Bajo esta normativa, TICCIM debió trabajar con precisión absoluta, realizando análisis lote por lote en el CIATI, en el sur del país, para asegurar la ausencia total de contaminantes.
“Fue un control muy, muy estricto. Podía salir bien o no pasar los análisis. Por eso hablamos con los socios para ver quiénes querían sumarse a un desafío tan específico”, explicaron desde la planta. La decisión fue colectiva: los 60 socios definieron avanzar como bloque, invirtiendo en controles, capacitación y procesos que garantizaran la inocuidad del producto.

Ferias internacionales y una estrategia comercial que dio resultados
El vínculo con el cliente japonés no nació de un día para otro. Se construyó durante dos años mediante misiones comerciales y presencia en ferias globales de alimentos:
• Anuga 2024 (Colonia, Alemania): reunión clave donde se avanzó en requisitos técnicos con el comprador japonés.
• París 2023: participación que amplió contactos y posicionó a la empresa en nuevos mercados.
• Misión comercial en Santiago de Chile: organizada por la Embajada Argentina, permitió mostrar el producto a nuevos importadores asiáticos.
Estas instancias fueron decisivas para generar confianza, cumplir exigencias sanitarias y asegurar una relación comercial a largo plazo.
El proceso de exportación sumó desafíos propios del comercio exterior. Desde TICCIM relataron una situación que grafica la dinámica del negocio. “Hoy, a las 4 de la mañana, recibí un mail donde nos modificaban el puerto de destino. Tuve que reprogramar todo mientras estábamos cargando el contenedor”.
La coordinación con navieras, transportistas y organismos técnicos fue determinante para que el embarque partiera sin contratiempos.
Si bien Japón representa un salto cualitativo, TICCIM ya exporta regularmente a otros destinos internacionales como Países Bajos, Alemania, España, Italia, Rusia y Estonia. La empresa continúa explorando nuevos mercados con el objetivo de diversificar su cartera y fortalecer la presencia argentina en el comercio citrícola.

El laboratorio, la llave de cada exportación
Antes de cada envío, TICCIM debe enviar muestras para análisis específicos.
Los tiempos varían según los estudios:
• Controles de pesticidas
• Parámetros físico-químicos
• Exámenes especiales según exigencia del comprador
Los resultados pueden tardar entre 7 y 15 días, y solo una vez aprobados comienza el proceso comercial y logístico.
“Lleva su tiempo. No es fácil, pero así funcionan los mercados exigentes. Vamos paso a paso”, remarcaron desde la planta.

55 días de viaje rumbo a Osaka
El contenedor zarpará rumbo a Japón en un trayecto estimado de 55 días. Su arribo está previsto para principios de febrero, momento en que el jugo concentrado de mandarina Okitsu comenzará a distribuirse en un mercado que valora particularmente esta variedad por su aroma intenso y dulzor característico.
Este primer envío marca un antes y un después para Mocoretá y para todo el corredor citrícola del sur correntino. La operación consolida a TICCIM como un actor competitivo en mercados premium y abre nuevas oportunidades para productores, trabajadores y proveedores de la región.
Con información de Portal Corrientes


























