Miles de peregrinos, jinetes, familias y promeseros colmaron las calles de la localidad correntina de Itatí este 16 de julio para celebrar los 125 años de la Coronación Pontificia de la Virgen Morena, en una jornada cargada de emoción, espiritualidad y tradiciones vivas. Con procesiones, misas y una conmovedora ceremonia náutica, la patrona de los correntinos volvió a encontrarse con su pueblo, como cada año, en el evento religioso más multitudinario de la provincia.
A la medianoche, como es tradición, se realizó el primer saludo a la imagen de la Virgen de Itatí frente a una multitud en la explanada de la Basílica. Monseñor Jorge Adolfo Larregain, arzobispo de Corrientes, impartió la bendición a los fieles que llegaron desde distintos puntos del país, algunos tras días de peregrinación a pie, a caballo o en bicicleta.
Durante toda la jornada, se celebraron misas especiales para los promeseros a las 6, 7, 8 y 17 horas, en un clima de recogimiento, canto y lágrimas de agradecimiento. Sin embargo, uno de los momentos más esperados es el tradicional traslado de la imagen peregrina de María de Itatí a la costa del Paraná para la emotiva procesión náutica que reune a la Virgen con su par de Caacupé (Paraguay), símbolo de unidad de los pueblos y la fe guaranítica.

Tras el encuentro en el río, las imágenes sagradas serán trasladadas nuevamente en procesión hasta la Basílica, donde Monseñor Larregain presidirá la Misa Central, con la participación de autoridades provinciales, sacerdotes, congregaciones y una multitud de devotos. Fue un momento de profunda emoción colectiva, en el que se renovaron las promesas, agradecimientos y pedidos a la patrona.

La jornada de celebración culminará a las 19 con una misa de clausura presidida por el padre Eldo Musso, superior provincial de la Obra Don Orione, seguida por la tradicional procesión de antorchas, que tiñe de luz y esperanza las calles del pueblo.

El fervor popular por la Virgen de Itatí, coronada pontíficamente por el Papa León XIII en 1900, continúa intacto a lo largo de los años. Desde 1986, gracias al Decreto Provincial N° 2580/86, el 16 de julio es feriado en todo el territorio correntino, reflejo del vínculo profundo entre la fe mariana y la identidad cultural de la provincia.