El Partido Justicialista de Corrientes comunicó, a horas del cierre, que autoriza a sus Consejos Municipales a formar alianzas locales, aunque con una cláusula excluyente: “en ningún caso” podrán asociarse con espacios ligados al presidente Javier Milei, ni al gobernador Gustavo Valdés. La decisión busca contener una interna cada vez más intensa, marcada por la presión de los intendentes y dirigentes que reclaman estrategias más realistas frente al calendario electoral.
La resolución, firmada el 28 de junio a las 22.08 por referentes del PJ local como José Ottavis (emisario de Cristina Kirchner en la provincia), la senadora Ana Almirón, el presidente del congreso Víctor Giraud y el candidato a gobernador Martín “Tincho” Ascúa, intenta destrabar las presiones que surgieron con fuerza en las últimas semanas en municipios clave como Goya, Mercedes, Santo Tomé y Capital, donde el peso del padrón obliga a leer la política más allá del manual kirchnerista.
Autonomía municipal sí, pero con límites
Aunque el comunicado se presenta como una señal de apertura —permitiendo que cada Consejo Municipal peronista pueda definir sus propias alianzas locales— la letra chica revela una advertencia: ni Milei ni Valdés. Es decir, libertad, pero sin libertad.
En la práctica, el PJ abre la puerta a pactos con fuerzas vecinales, espacios opositores como Grupo Alondra, y otros sectores no alineados al oficialismo provincial o nacional. Pero al blindar el partido contra alianzas con La Libertad Avanza o Vamos Corrientes, se impone una frontera ideológica que en algunos municipios ya no convence.
El epicentro de esta rebelión fue Goya, donde la discusión interna escaló al punto de tornarse pública. En un acto frente a militantes, el presidente del PJ local, Marcos Bassi, enfrentó directamente al propio Ascúa y le lanzó un mensaje contundente: “Si vamos con esa aventura de ir solos, vamos a perder en Goya, vamos a perder todas las intendencias y vamos a perder en toda la Provincia”.
El planteo de Bassi —que responde a la misma línea interna de Ascúa, el “Peronismo Correntino para la Victoria”— no sólo cuestiona la estrategia electoral, sino que expone la desconexión entre las decisiones partidarias centralizadas y la realidad que enfrentan los dirigentes en sus territorios.
El borrador que incomodó al Instituto Patria
Durante la semana circuló también un documento crítico que no llegó a publicarse, titulado “Alianzas opositoras amplias, plurales, representativas en los municipios”. En él, varios Consejos Municipales exigían respeto a la autonomía y advertían que, sin una alianza competitiva, el PJ volvería a perder.
Ese texto, que finalmente fue absorbido por la resolución aprobada este sábado, dejaba en evidencia que la conducción partidaria, influida por el Instituto Patria, venía ignorando señales claras desde las bases: que la figura de Cristina y el sello de La Cámpora no alcanzan para disputar el poder en el territorio correntino.
El movimiento del PJ parece un gesto de pragmatismo, pero con un límite que podría resultar funcional a sus adversarios. Si bien reconoce la necesidad de acuerdos más amplios para recuperar intendencias y disputar la gobernación el 31 de agosto, sigue atado a condicionamientos nacionales que no siempre se traducen en votos en el interior.
Habrá que ver si esta apertura con candado sirve para recomponer la unidad interna o si, por el contrario, profundiza la fragmentación de un justicialismo que intenta dar pelea desde abajo, pero aún sin margen para redibujar su mapa de alianzas sin pedir permiso.