Según los últimos datos publicados por el INDEC, al cierre del segundo semestre de 2024, la provincia de Corrientes registró un 36% de pobreza, ubicándose como la jurisdicción con mejores indicadores en toda la región del NEA y superando incluso a la media nacional, que se situó en el 38%.
Los datos fueron difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) a comienzos de abril y revelaron una baja generalizada de la pobreza en todo el país: el índice cayó 12 puntos porcentuales respecto al primer semestre de 2024, lo que representa a unos 5 millones de personas que salieron de esa condición social.
En contraste con Corrientes, Gran Resistencia volvió a ser el conglomerado urbano con mayor índice de pobreza del país, con un alarmante 60,8%, seguido por Formosa (46,2%) y Posadas (43,4%). El promedio regional del NEA fue del 47%, lo que resalta aún más la posición diferencial de Corrientes.
El informe técnico del INDEC, que releva la situación en 31 conglomerados urbanos mediante la Encuesta Permanente de Hogares, también muestra que Corrientes tiene mejores resultados que otras ciudades de regiones más desarrolladas económicamente, como el Gran Mendoza (42,2%), el Gran Santa Fe (43,4%) y Paraná (más del 40%).
Incluso se alinea con registros similares a ciudades patagónicas como Comodoro Rivadavia (34,7%) o Rawson (36,8%), donde el perfil productivo y los ingresos familiares son tradicionalmente más altos.
Una tendencia nacional en retroceso
El informe señala que hay en el país unos 2,9 millones de hogares bajo la línea de pobreza, con ingresos mensuales que rondan los $600.000, frente a una canasta básica total que alcanza los $952.000. Sin embargo, desde el gobierno nacional destacaron que la tendencia descendente de la pobreza, aunque todavía con cifras altas, continúa en 2025.
Entre los factores que explican este retroceso figuran la desaceleración de la inflación y el sostenimiento de políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, que lograron amortiguar el impacto económico sobre los sectores más vulnerables.
Corrientes, un caso a seguir
Con estos resultados, Corrientes consolida un perfil distinto dentro del NEA, tradicionalmente una de las regiones más afectadas por los indicadores sociales críticos. Aunque el 36% de pobreza aún representa un número elevado, en comparación con los niveles históricos y los de sus provincias vecinas, la mejora es significativa.
El desafío hacia adelante será consolidar esta tendencia y convertirla en una política de largo plazo que permita no solo reducir los índices de pobreza, sino también mejorar la calidad de vida y la movilidad social de miles de correntinos.