El intendente Tassano acompañó al municipio capitalino en la entrega de elementos para los nuevos emprendimientos que optaron en lugar del carro y los caballos. Leandro, del San Roque Oeste, tiene 32 años, su esposa y cuatro hijos, y a partir de ahora atenderá su pollería. Máximo, de 53 años, quien afrontó un problema de salud, tendrá un local gastronómico también con su familia.
Muchas veces, las planillas reducen a las personas en números. A veces hay alguna referencia breve de su vida, pero no mucho más.
Todo lo contrario, es la visión humanitaria que se da en el avance del programa de reconversión laboral de excarreros que la ciudad de Corrientes impulsa desde agosto.
Se trata de un cambio de 180 grados en el abordaje del maltrato animal que, tras la entrega de carros y caballos, abre también un nuevo horizonte para los excarreros y su familia que arrancarán nuevos emprendimientos acompañados por el Municipio.
Hasta ahora, 22 familias aceptaron entregar sus carros y caballos y reconvertirse en una actividad completamente distinta a la que realizaban. Algunos podrán emprendimientos gastronómicos, otros reforzarán sus oficios de jardinería, pintura, albañilería, gomería, etcétera.
En total son 78 personas las que se suman a un nuevo proyecto y reciben del Municipio bienes de capital y otras ayudas esenciales para desarrollar la nueva actividad.
Al respecto, este lunes a la mañana el intendente Eduardo Tassano se acercó a los hogares de dos ex carreros para conocer sus iniciativas productivas, escuchar su experiencia y hacer entrega de los elementos que necesitan para arrancar la actividad.
Historias de ex – carreros
Leandro Aquino tiene 32 años, es del barrio San Roque Oeste y tiene esposa y cuatro hijos. Hasta hace poco transportaba cartón, plástico y papel en su carro tirado por caballos, actividad que desarrollaba desde hace años.
Pero para él y su familia llegó el momento del cambio, por protección animal pero principalmente para una mejor perspectiva económica y calidad de vida. Entonces se sumó al programa municipal y entregó sus dos caballos y el carro. A partir de ahora atenderá su pollería con el acompañamiento constante del Municipio.
Máximo Acosta, de 53 años, también hizo entrega de sus caballos y carros y, desde su casa del barrio Villa Raquel, se inicia en el rubro gastronómico luego de abandonar el traslado a carro de materiales de construcción.
Máximo, que tiene a su esposa y una pequeña hija, afrontó un problema de salud (ACV) que lo imposibilitó de seguir haciendo fletes. Hasta que un día supo del programa municipal de reconversión y junto a su familia emprenderá una hamburguesería.
El programa de reconversión laboral, en definitiva, es la propuesta de un nuevo camino y una nueva vida laboral y familiar con mejores condiciones, más humana y que abandona las planillas y números para poner el foco en las personas.
Apostamos a la reconversión
“Esta es nuestra forma de poder brindarles herramientas a las familias para su emprendimiento”, destacó el intendente tras la entrega de los equipamientos.
En ese sentido, apostó a que “trabajen por la formación del futuro para sus hijos” y agregó que “esto es un paso más para avanzar en la reconversión que queremos lograr en la ciudad”.
“Sin dudas, trabajamos pensando en no al maltrato animal y apostando a la reconversión económica para las familias”, insistió para concluir.
Un gran paso
Por su parte, el secretario de Coordinación de Gobierno, Hugo Calvano comentó que desde ahora “estás familias van a tener una nueva actividad en la ciudad que les va a permitir salir adelante. Están dando están un gran paso”, valoró.
Asimismo, remarcó el acompañamiento que brinda la Municipalidad a las familias que se sumaron a la reconversión pensando en “apostar a un nuevo emprendimiento o mediante el incentivo de un nuevo oficio en sus vidas”.
Protección animal
En el marco de este programa municipal, ya se entregaron voluntariamente 40 caballos, los cuales se suman a los que fueron enviados a la entidad proteccionista Mapac o a la Fundación Dolly por casos de maltrato.
En total son 84 caballos que recuperaron su libertad, viven en condiciones de bienestar animal, y reciben atención veterinaria y alimentación adecuada.