La ciudad Nueva York se vio azotada por el remanente del huracán Ida, que provocó intensas lluvias y tormentas sobre la Gran Manzana. Calles inundadas, tráfico inusualmente detenido y estaciones del metro anegadas en los accesos son algunas de las complicaciones que atraviesan los neoyorquinos.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, declaró el estado de emergencia en la ciudad estadounidense. “Declaro el estado de emergencia para ayudar a los neoyorquinos afectados por la tormenta de esta noche”, tuiteó Hochul, y recomendó: “Por favor, permanezcan fuera de las rutas y eviten los viajes innecesarios”.
“Podemos tomar todas las precauciones por adelantado, y sí desplegamos nuestros activos para estar en el terreno con anticipación, pero la madre naturaleza hará lo que quiera y está realmente enojada esta noche”, dijo Hochul en diálogo con CNN.
Mientras tanto, el Servicio Meteorológico Nacional de Nueva York (NWS, por sus siglas en inglés) emitió anoche diferentes alertas y avisos de tormentas severas para la madrugada y el resto del jueves.
La magnitud de las lluvias ha sido tal que la tercera jornada del US Open, uno de los cuatro Grand Slam de tenis del año y uno de los eventos deportivos más importantes del mes en Estados Unidos, fue suspendido y varios de los partidos de la segunda ronda fueron pospuestos.
También, la NWS publicó recomendaciones en su cuenta oficial, junto con un video de aquello que se debe evitar para prevenir accidentes. En las imágenes se ve cómo un auto flota en el agua sobre la calle, a una velocidad considerablemente peligrosa. “Estamos viendo demasiados informes de rescates acuáticos y automovilistas varados. No conduzca por carreteras inundadas. No sabe cuán profunda es el agua y es demasiado peligroso”, advirtieron.
El huracán que alguna vez fue de categoría 4 pasó por la ciudad de Nueva York y arrojó 3,15 pulgadas de lluvia en el lapso de una hora en Central Park.
Ida llegó el domingo al sur de Estados Unidos y causó tornados e inundaciones mientras se dirigía al norte. La tormenta tocó tierra el mismo día del año que el huracán Katrina, que arrasó Luisiana y Mississippi 16 años antes. Sus vientos de 230 kilómetros por hora igualaron la marca del quinto huracán más fuerte que jamás ha golpeado el territorio continental de Estados Unidos.
LA NACION. Con información de la Agencia AFP.
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